Una leve recuperación del sector comercial infla el optimismo de los empresarios de real estate de Miami.
“Por ahora, estamos jugando a robarnos los inquilinos unos a otros”. Así describe Tere Blanca la situación de la industria de los bienes raíces en Miami. Como propietaria de Blanca Commercial Real Estate Inc., firma de corretaje de propiedades comerciales en Miami, esta cubana de nacimiento maneja 110.000 metros cuadrados de oficinas y sitios comerciales disponibles en los barrios de Brickell, Downtown y Coral Gables. Con bonos, servicios adicionales y liquidaciones, Blanca y sus competidores le están dando un tibio movimiento al que una vez fuese un paraíso del real estate.
No obstante, pese al exceso de oferta que se ha incrementado con la inauguración de nuevos edificios, Blanca ve algo de luz luego de uno de los túneles más oscuros por los que ha pasado la ciudad de Miami. “Hay diferentes opiniones, pero nosotros estimamos que nos demoraremos unos cinco años en absorber el exceso de oferta”, dice Blanca. Fuertemente golpeada por la crisis financiera generada por la burbuja inmobiliaria en EE.UU., el precio de las propiedades se desplomó entre 40% y 50%. La crisis financiera acabó con muchos de sus bancos y los negocios que requerían financiamiento tuvieron que mudarse o cerrar. La tasa de desempleo en Miami Dade pasó de 3,5% a 3% en sólo dos años y la imagen desoladora de edificios vacíos se multiplicó por toda la ciudad.
Las señales positivas, según Blanca, vienen del sector comercial, el cual vio sus precios caer sólo en torno al 15%. “Los precios están volviendo al nivel al cual debieran haber crecido si no hubiera habido demanda especulativa”, dice Jorge Brugo, director de Axis Real Estate, otro empresario inmobiliario de Miami.
Además, ha colaborado la apertura de nuevos proyectos. “Actualmente existen 5 millones de metros cuadrados edificados para oficinas en la ciudad, de los cuales queda libre un 24%”, dice Tere Blanca. “Estos edificios están repartidos en su mayoría entre las zonas de Brickell, Downtown, Airport West y Coral Gables”. En el último año se han construido en la zona de Brickell y Downtown casi medio millón de metros cuadrados repartidos en dos edificios: 1450 Brickell y Wells Fargo Center. Este año se espera la apertura de otro edificio que adicionará unos 55.000 m2 de oficinas en Coral Gables.
Los espacios comerciales disponibles están siendo llenados por demanda de fuera de Florida, principalmente empresas estadounidenses que vuelven a mirar a América Latina para buscar el crecimiento que no encuentran en el mercado doméstico. Según Javier Marquina, directivo de Aguirre Newman, inmobiliaria española con sede en Miami, las mayores oportunidades pueden venir del sentido contrario: latinos que quieran utilizar Miami para hacer negocios en EE.UU. “Actualmente está habiendo mucha inversión de brasileños y mexicanos”, dice Marquina. “La inversión latina siempre ha sido una inyección de energía tanto en los buenos como en los malos tiempos”, señala Blanca.
En el sector residencial no hay tanto optimismo aún. Pese a que hay un resurgimiento del turismo, los altos precios residenciales que se dieron previo a la crisis no se repetirán. “El hecho de que los precios se mantengan y no bajen más puede ser una muestra de que las cosas marchan”, dice Marquina. “Posiblemente hayamos tocado fondo en el sector residencial”. Por ahora no se están vendiendo grandes proyectos nuevos residenciales. Los que se venden son propiedades construidas hace dos o tres años, según los ejecutivos.
No obstante, según Brugo, no es un mal momento para invertir por los bajos precios. “Las propiedades generan rentas que permiten mantenerlas, aunque para la ganancia de capital solo falta esperar a que el mercado se normalice”, dice.