Sindipetro está buscando el cierre de las plataformas, después que la Agencia Nacional de Petróleo de Brasil detuvo las operaciones de la plataforma P-33, luego de acusaciones del sindicato de que era insegura.
Río de Janeiro. Un sindicato brasileño de trabajadores del petróleo desea que se detengan operaciones en otras cuatro plataformas mar adentro administradas por la estatal Petrobras por falta de seguridad, reportaron este domingo medios locales, días después del cierre de una instalación por razones similares.
La Agencia Nacional de Petróleo de Brasil, o ANP, detuvo esta semana las operaciones de la plataforma P-33 que operaba costa afuera de Brasil en la Cuenca de Campos, luego de acusaciones del sindicato de que era insegura.
El sindicato Sindipetro está buscando el cierre de las plataformas P-25, P-31, P-32 y P-35, dijo el coordinador del grupo, Jose Maria Rangel, al diario O Estado de S. Paulo.
"Los problemas de esas plataformas son muy similares" a los de la plataforma P-33, dijo. "La P-31, por ejemplo, es conocida entre los trabajadores del petróleo por el apodo Junker", indicó.
Un representante de Petrobras no hizo comentarios de inmediato.
Este jueves, la compañía reportó que un pequeño incendió en la plataforma costa afuera P-35 en la Cuenca de Campos luego de una fuga en una tubería de vapor, aunque dijo que fue rápidamente extinguido sin daños ni heridos.
En julio, la plataforma P-33 sufrió una fuga de un ducto de vapor que luego provocó quejas del sindicato y llevó a la intervención de la ANP. Esa instalación tiene una capacidad de producción de 60.000 barriles por día (bpd), pero sólo estaba produciendo cerca de 19.000 bpd antes de ser paralizada, dijo el diario.
Petrobras produce alrededor de 2 millones de bpd en Brasil, mayormente en la Cuenca de Campos. Rangel sostuvo que alrededor de 10 de las 45 plataformas en operación en esa área están en "una situación muy preocupante".
El vasto sector mar adentro del país, que se ha convertido en una de las fuentes mundiales más prometedoras de energía futura, ha quedado bajo un aumentado escrutinio desde el derrame de petróleo de BP en el Golfo de México, considerado uno de los peores de la historia.
Petrobras y autoridades brasileñas dicen que los estándares de seguridad son lo bastante fuertes para continuar operaciones en aguas profundas sin amenazar al medioambiente.