El mercado espera ansioso el resultado de la junta anual de accionistas de SQM este viernes, en medio de una dura pugna entre sus dos principales socios, el empresario local Julio Ponce Lerou y la canadiense Potash Corp.
Santiago. El futuro de la atribulada chilena SQM se definirá esta semana, cuando los accionistas de la minera voten un nuevo directorio y su polémico controlador revele si se mantendrá al frente de la mesa, pese a los pedidos de renuncia ante acusaciones de corrupción contra la firma.
El mercado espera ansioso el resultado de la junta anual de accionistas de SQM este viernes, en medio de una dura pugna entre sus dos principales socios, el empresario local Julio Ponce Lerou y la canadiense Potash Corp, tras acusaciones de aportes ilegales de dinero a campañas políticas.
Ponce enfrenta un difícil panorama luego de que los tres representantes de Potash renunciaron en marzo al directorio de SQM, una de las mayores productoras mundiales de fertilizantes, por diferencias sobre la entrega de información solicitada por la Fiscalía que lleva adelante la investigación.
Potash aún no tiene decidido si vuelve a instalar a sus tres representantes en el directorio, por lo que esperan gestos concretos de parte de Ponce, quien se hizo con la propiedad de la empresa en la década de 1980 en medio de la dictadura de su ex suegro Augusto Pinochet.
Las renuncias de los representantes de Potash ocurrieron luego de que el directorio despidió al gerente general de la minera, Patricio Contesse, quien es apuntado por Ponce como el gran responsable de las acusaciones de financiamiento ilegal de políticos.
Mientras, SailingStone Capital Partners, el principal accionista estadounidense de la minera, demandó una completa reestructuración del directorio y la renuncia de Ponce para restaurar la credibilidad de la firma.
En un esfuerzo por acercar posiciones con sus socios norteamericanos, el empresario chileno viajó la semana pasada a Nueva York y habría persuadido a Potash para que regrese a la mesa.
Mercado espera "equibrio" en nuevo directorio. La mesa directiva de SQM está compuesta por 8 integrantes. Cuatro puestos dependen de Ponce, resultado de un pacto con el accionista japonés Kowa, tres corresponden a Potash y un asiento es ocupado por un representante de minoritarios y de los tenedores de ADR (American Depositary Receipt).
En una señal de lo que podría pasar en la minera, medios locales informaron que Ponce habría decidido no repostular a la mesa de Soquimich Comercial, filial de SQM, la que también renovará su directorio esta semana.
"La alternativa a la que muchos están apostando en este momento es que Ponce no salga del directorio pero deje de ser presidente, sería una buena señal hacia los canadienses", dijo a Reuters un accionista minoritario que pidió no ser identificado.
"Lo positivo sería que hubiera un equilibrio en la mesa", agregó.
Muchos en el mercado concuerdan en que, especialmente luego del derrumbe cercano al 20% que han sufrido las acciones de SQM desde que estalló el escándalo en febrero, Ponce podría hacer un gesto a sus socios.
"La mayoría coincide en que no es el estilo de Ponce abandonar el directorio (...). Por otro lado, el mismo Ponce reconoce con certeza el positivo impacto para SQM (y su patrimonio personal) si decide salir", dijo el analista Ben Isaacson de Scotiabank.
Lo que sucederá el viernes es incierto, con la posibilidad de nominar candidatos a la mesa justo antes de la asamblea.
Si bien Potash no ha revelado sus planes, SailingStone ya postuló al abogado y ex regulador de valores canadiense Edward Waitzer, alguien favorecido por el mercado que reemplazaría al actual representante de minoritarios y aliado de Ponce.
El único otro nominado es Dieter Linneberg, un académico chileno especializado en gobiernos corporativos, que fue propuesto por el mismo Ponce.
Linneberg reemplazaría a Patricio Contesse Fica, hijo del cuestionado ex gerente general de la minera.
Ponce ya estuvo bajo gran cuestionamiento el año pasado tras una multa del supervisor de valores por operaciones irregulares con acciones de la minera y sus firmas controladoras, en transacciones que afectaron a los minoritarios.