El actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) tiene sus días contados, pero se garantizará la máxima eficiencia, seguridad y confort, dice su director.
El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) alista una nueva imagen para sus últimos años de vida útil. Su director, Alexandro Argudín, aseguró que en los siguientes meses se realizarán inversiones públicas y privadas que permitirán a los usuarios una mejor experiencia de viaje y, sobre todo, mantener los estándares de seguridad en las operaciones.
Se pretende que los pasajeros gocen de mejores instalaciones sanitarias, nuevos sistemas de iluminación, calefacción, audio y un mejor trato por los trabajadores.
“No podemos pensar que porque lo vamos a cerrar vamos a dejar de invertir”, comentó en entrevista. La cifra total aún no se ha cuantificado porque se analizan diversas necesidades.
Por lo pronto, este año iniciarán el ejercicio presupuestal de 180 millones de pesos en la infraestructura de la Terminal 2 (donde Aeroméxico tiene su base de operaciones) para facilitar el traslado de pasajeros, cuyos vuelos llegan a posiciones remotas.
Además, en un par de semanas los arrendatarios de locales comerciales de alimentos y bebidas, como Grupo Alsea, iniciarán los trabajos de remodelación total en sus espacios, para lo cual han comprometido destinar unos 100 millones de pesos.
Su aliciente, de acuerdo con el administrador, es garantizar un espacio en el nuevo aeropuerto, que podría ser inaugurado en noviembre del 2020.
Eventualmente los 1.500 concesionarios de taxis de la terminal, agrupados en cinco asociaciones, se sumarán a la iniciativa de la autoridad del AICM de brindar mejores atenciones a los usuarios, porque también ellos “quieren dar el brinco”, refirió Argudín.
El director del aeropuerto recordó que el programa de mantenimiento para el presente año tiene autorizados 1.600 millones de pesos, lo cual no significa un “exceso de recursos”, pero tampoco limitaciones para garantizar que las operaciones aéreas se realicen con seguridad.
- ¿Cómo inició este año el AICM en traslado de pasajeros?
Cerramos el año pasado con 34.2 millones de pasajeros; el proyectado de capacidad siempre fue 32 millones. Sigue una tendencia de crecimiento porque se han sustituido aviones chicos y esto generó una saturación, que no significa un decremento en la seguridad operacional, sino en el servicio donde la gente debe hacer filas más largas o esperar sitio en el estacionamiento. Estimamos cerrar el 2015 con 36 millones.
- ¿Qué están haciendo para atender esa demanda de servicios?
En cuestión de personal, usamos a 100% las plantillas laborales determinadas y hay servicios concesionados (limpieza y seguridad) donde hemos incrementado la capacidad de las empresas. Se aumentaron las líneas de revisión de pasajeros de salida, de revisión de equipaje documentado y las revisiones secundarias de pasajeros para hacer más rápido el paso.
- ¿Valen la pena las inversiones si están próximos a mudarse?
Sí, todas las inversiones que estamos llevando a cabo están planteadas con un escenario de amortización a cinco años. No podemos descuidar en lo más mínimo el mantenimiento y la operación. La vida útil de este aeropuerto tiene que estar garantizada hasta el último día que esté en servicio.
- ¿Qué tan amigable puede será el AICM en los próximos años?
Bastante, desde la atención que recibe el pasajero cuando se baje a la banqueta, el maletero, la gente que documente, la velocidad de tránsito, el tiempo que destine estando en el aeropuerto. Tenemos que encontrar el momento óptimo para su atención.
- Como director, ¿cuál es el gran cambio que espera?
La limpieza. Nos hemos esforzado para que cualquiera de los sanitarios los pueda usar cualquier persona. Antes uno llegaba y estaba sucio. Estamos mejorando eso.
[[wysiwyg_imageupload:5562:]]