La gema tiene más de 400 años, proviene de las minas de India y ha pertenecido a distintas casas reales europeas. Su valor podría rondar los US$4 millones.
Londres. Un diamante codiciado por reyes, reinas y princesas durante siglos, usado para reforzar alianzas entre países y empeñado para saldar deudas reales, sale a subasta en Sotheby's de Ginebra el 15 de mayo.
La casa de subastas califica el "Beau Sancy" como "uno de los diamantes más importantes que jamás haya salido a subasta", reflejando en parte la cambiante suerte de las familias reales europeas durante más de 400 años.
La gema, un diamante de 35 kilates, con forma de pera y un corte de doble rosa, que perteneció al príncipe Jorge Federico de Prusia, jefe de la dinastía del imperio alemán, alcanzará previsiblemente entre los 2 a 4 millones de dólares.
"Es una piedra que se me antoja como una superviviente de aquellos tumultuosos acontecimientos", dijo David Bennett, presidente de joyería de Sotheby's en Europa y Oriente Próximo.
"Las gemas de colecciones reales apenas aparecen en subasta. En mi carrera esto es algo excepcional", dijo a Reuters por teléfono desde Nueva York.
Bennett, que vendió un diamante rosa por US$46,2 millones en 2010, lo que supuso un récord para una joya vendida en subasta, dijo que la estimación del valor de una piedra como el "Beau Sancy" era difícil dada su rareza.
El diamante procede de las minas en India cerca de Golconda y fue adquirido por Nicolas de Harlay, Lord de Sancy, en Constantinopla en el siglo XVI, y de ahí viene su nombre.
En 1604, fue adquirido por 75.000 libras por el rey francés Enrique IV como un regalo para su esposa, María de Médici.
¿Una reina celosa? Según Sotheby's, la reina había codiciado la piedra, especialmente tras saber que Harlay había vendido un diamante más grande llamado Sancy que ahora es parte de la colección del Louvre al rey Jaime I de Inglaterra.
Enrique IV fue asesinado en 1610, y tras años de rivalidad entre María de Médici y su hijo, el rey Luis XIII, finalmente se exilió.
Escapó a Holanda, y para saldar sus deudas se vendieron sus posesiones, entre ellas el "Beau Sancy", que fue adquirido por el príncipe Federico Enrique de Orange-Nassau por 80.000 florines, el mayor gasto en el presupuesto estatal de 1641.
En el mismo año, el diamante se usó como incentivo para ayudar a sellar la boda del hijo de Federico con María Estuardo, la hija del rey Carlos I de Inglaterra.
Tras la muerte de María Estuardo en 1660, el "Beau Sancy" se usó para saldar sus deudas, pero en 1677 la gema volvió al Tesoro de la Casa de Orange-Nassau tras la boda de Guillermo III con María II Estuardo.
La pareja llegó al trono de Inglaterra en 1689, con lo que el "Beau Sancy" entró en la colección de la Reina de Inglaterra, pero como la pareja no tuvo hijos, el diamante volvió a Holanda.
De ahí pasó a la monarquía prusiana en 1702, convirtiéndose en el principal ornamento de la nueva corona real de Prusia, pero su dramática historia no acaba ahí.
El diamante permaneció en Berlín después de que el último rey prusiano huyera al exilio en noviembre de 1918 tras la Primera Guerra Mundial, y al final de la Segunda fue trasladado a una cripta de seguridad.
Las tropas británicas hallaron la gema y la devolvieron al patrimonio de la Casa de Prusia, donde ha permanecido desde entonces.