El volumen de ventas en Sudamérica representó en 2013 el 30% del total exportado por el sector desde China al mundo el año pasado, y supuso un crecimiento del 19% respecto del número de vehículos vendidos en la región en 2012.
Shanghái. Sudamérica se ha convertido ya en el mayor destino de exportación de los fabricantes de automóviles chinos, donde vendió 286.500 vehículos en 2013, según cifras de la oficial Asociación de Fabricantes de Automóviles de China (CAAM) que recoge hoy el diario oficial China Daily.
Este volumen de ventas en Sudamérica representó en 2013 el 30% del total exportado por el sector desde China al mundo el año pasado, y supuso además un crecimiento del 19% respecto del número de vehículos vendidos en la región en 2012.
Desde el comienzo de esta década los mercados emergentes, como buena parte de Sudamérica, México, Rusia o India, empezaron a pesar cada vez más en la expansión internacional de las marcas chinas, y firmas como Chery, Geely, JAC y Great Wall tienen ya plantas en el sur de América o planes para contar con ellas muy pronto.
De esta manera, la mayor fabricante privada de Zhejiang (este), Geely, que compró Volvo en 2010, firmó un acuerdo en 2011 con la ensambladora de componentes Nordic, que antiguamente trabajó para Renault, Citroën y Renault en Uruguay, para abrir una planta en el país sudamericano, que empezó a funcionar en agosto pasado.
Desde allí Geely vende directamente a otros países de la región, sobre todo a los dos grandes vecinos de Uruguay en el Mercosur: Argentina y Brasil.
En Uruguay abrió también en 2010 una ensambladora de automóviles de la marca privada Lifan, procedente de Chongqing (centro), que está exportando a Brasil (4.500 vehículos en 2013) y que planea aumentar su presencia allí y en Argentina, y ampliar su producción hasta las 8.000 unidades en 2014, además de empezar a producir motores.
Una gran fabricante china, la estatal Chery, abrió su primera fábrica en Venezuela en 2011, y espera poner en funcionamiento una segunda en Brasil en julio próximo, donde producirá una versión actualiza de su turismo compacto Fowling, con un motor de gas y etanol.
La fábrica, en la que se invirtieron US$140 millones (102 millones de euros), tendrá una capacidad anual de 50.000 unidades, de manera que, según reveló recientemente el director comercial de Chery en Brasil, Luis Curi, la firma espera llegar a vender 30.000 unidades sólo en el país carioca este mismo año.
De hecho, los planes de Chery son llegar a vender en total (en China y el resto del mundo) 650.000 unidades en 2016, y que para entonces Brasil acapare por sí solo cerca del 11% de esa cifra.
Por su parte, en el mismo país espera abrir en 2015 su primera ensambladora una fabricante estatal de Anhui (provincia oriental china), la Compañía de Automoción Jianghuai (JAC, en sus siglas internacionales), con una capacidad de producción de 100.000 unidades al año.
La propia CAAM atestigua que de las 51 marcas de vehículos que hay en Brasil, ya hay doce chinas, una proporción que se dispara en el caso de Uruguay, donde 26 de las 54 firmas son del país asiático, y donde las fabricantes chinas acapararon ya el 26% del mercado uruguayo.
De hecho, Uruguay es un destino ideal en Sudamérica para los fabricantes chinos de automóviles, según el subsecretario general de la CAAM, Shi Jianhua.
"Comparado con Brasil, las relaciones laborales y el sistema fiscal son más sencillos, y el control de las divisas extranjeras mucho más suave, así que muchas empresas usan este país como tabla de salto hacia Brasil", dijo Shi.
Por su parte, la gran veterana en la región, la fabricante privada de todoterrenos Great Wall, que vende a Latinoamérica desde 1998 y exportó 73.000 unidades en 2013, prevé abrir en Brasil su primera planta, donde montará dos todoterrenos y una camioneta, tras una inversión de US$1.000 millones (734 millones de euros).