Thyssenkrupp está en medio de un cambio principal bajo la gestión del presidente ejecutivo Heinrich Hiesinger, orientándose hacia la tecnología y saliendo de la industria siderúrgica, más volátil, que anteriormente era su baluarte tradicional.
Essen, Alemania. La demanda de componentes de última generación de ascensores y autos permitió a Thyssenkrupp reportar su mayor nivel de pedidos anual en cinco años, mientras la firma alemana lentamente sale de la actividad de producción de acero.
Thyssenkrupp está en medio de un cambio principal bajo la gestión del presidente ejecutivo Heinrich Hiesinger, orientándose hacia la tecnología y saliendo de la industria siderúrgica, más volátil, que anteriormente era su baluarte tradicional.
La compañía ha vendido su fábrica de acero brasileña CSA Cia Siderúrgica do Atlántico SA, que perdía dinero, a Ternium SA , y alcanzó un acuerdo para combinar su negocio de acero europeo con el de la india Tata Steel en 2018.
“Los problemas estructurales en la industria siderúrgica europea no se han ido. Todavía tenemos exceso de capacidad significativa también en el mercado del acero plano de Europa”, dijo el jueves Hiesinger.
Pero los representantes sindicales exigen protección laboral para los trabajadores y dicen que Thyssenkrupp esquiva la responsabilidad de un negocio cuyas raíces se remontan a más de 200 años.
Los pedidos de ThyssenKrupp ascendieron 18 por ciento a 44.290 millones de euros (US$52.000 millones) en el año financiero al 30 de septiembre. Las ganancias ajustadas antes de intereses e impuestos (EBIT, por sus siglas en inglés) alcanzaron 1.910 millones de euros, superando los 1.730 millones previstos por los analistas en un sondeo de Reuters.
La utilidad operativa en la unidad de ascensores, que atiende a clientes principalmente en Estados Unidos y Europa con sus elevadores conectados a Internet, subió 7 por ciento a 922 millones de euros, convirtiéndose en el principal rubro para las ganancias del grupo.
En la unidad de tecnología de componentes, que abastece partes a nueve de cada 10 autos premium, incluyendo todos los modelos del fabricante de autos eléctricos Tesla, las utilidades operativas crecieron 12 por ciento a 377 millones de euros.