El cambio al café y el retorno de campesinos desplazados deberían permitir a Colombia, el mayor productor mundial de cocaína y de café suave, a aumentar su producción a 15 millones de sacos en el 2015 y a 18 millones en 2020.
Bogotá. Violentos grupos armados siguen obligando a miles de campesinos colombianos a cultivar hoja de coca, pero con el mayor control del ejército sobre zonas rurales, los productores cada vez recurren más al café para ganarse la vida.
El cambio al café y el retorno de campesinos desplazados deberían permitir a Colombia, el mayor productor mundial de cocaína y de café suave, a aumentar su producción a 15 millones de sacos en el 2015 y a 18 millones en 2020.
En las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte de Colombia, la cosecha de café de los antiguos cultivadores de coca va a ayudar al país a cumplir con su meta de producción de nueve millones de sacos este año, y también está trayendo tranquilidad a los agricultores.
"Ya no me pongo ansioso sobre que la policía vaya a fumigar los cultivos (de coca). Me siento contento desde que me pasé de lo ilegal a lo legal", dijo el campesino Daniel Suárez.
Después de más de una década de fuertes medidas de seguridad respaldadas por Estados Unidos, las fuerzas armadas colombianas retomaron el control de grandes zonas del país, aunque los rebeldes y los narcotraficantes siguen causando estragos en gran parte de la nación.
Esa campaña ha ayudado a reducir la siembra de coca a 59.000 hectáreas, un descenso del 13% en comparación con el 2009.
En vez de coca, los campesinos siembran productos como cacao, palma africana, banano, así como café, cada vez más popular debido a los altos precios internacionales.
El cambio de cultivos ilícitos -que han ayudado a financiar la guerrilla izquierdista desde 1980- al café le ayudará al país a cultivar 200.000 hectáreas más del grano en el 2015, desde 900.000 en la actualidad, de acuerdo con el gobierno.
Forma legal para vivir. Los agricultores de la región norte de Magdalena, donde se encuentra La Sierra Nevada, recolectarán su primera cosecha de café este año con una producción de 80.000 kilogramos, dijo Edgar Ramírez, jefe del comité de cafeteros de la zona.
"Las familias ya no dependen del cultivo de coca, porque a pesar de que ganaban más dinero, la cosecha atrajo a grupos armados", sostuvo Ramírez.
"Cuando la policía llegó muchos de ellos encontraron en el café una forma de ganarse la vida de manera legal", agregó.
Debido a la mejora en la seguridad, campesinos desplazados por el conflicto están regresando a sus tierras, y los cultivadores de café cuentan con el apoyo de la Federación Nacional de Cafeteros que aporta fondos para que siembren variedades especiales que se venden con una prima de calidad.
Además del cambio de coca por café y el regreso de desplazados, los principales factores que permitirán a Colombia aumentar la producción son un programa de renovación de cultivos, tierra y mano de obra barata, así como el cambio a variedades resistentes a la roya.
La producción de café en Colombia ha estado históricamente alrededor de 11 millones de sacos, pero las intensas lluvias y un programa de renovación de cafetales provocó en el 2009 un descenso a los niveles más bajos en más de 30 años.
En Nariño, donde la guerrilla y las bandas criminales se disputan el control de la producción de la cocaína y las rutas de exportación, unas 2.500 hectáreas que antes estaban sembradas de coca actualmente cosechan café.
Nariño, produce casi el 4% de la cosecha de café de Colombia
"La coca desplazó los cultivos de café porque era más rentable. Sin embargo, como el café se siembra en las (antiguas) áreas de coca, habrá un aumento de la producción", dijo Hernando Delgado, director del comité de cafeteros de Nariño.
"El potencial es enorme", concluyó Delgado.