"Lo hemos hablado. En el caso de soja, la misma proporción que se bajaría (el impuesto a la exportación) para el grano se bajaría para el aceite y la harina", dijo Alberto Rodríguez, que preside el ente que representa a procesadores y exportadores de granos y derivados del país.
Buenos Aires. El Gobierno de centroderecha que tomará las riendas de Argentina la semana próxima recortará los impuestos a la exportación de harina y aceite de soja, entre otras medidas que alentarán al pujante sector agroindustrial del mayor exportador mundial de esos subproductos, dijo el titular de la cámara CIARA-CEC.
Mauricio Macri prometió bajar en 5 puntos porcentuales por año el impuesto de 35% a la exportación de soja, pero el jefe sectorial dijo que lo mismo pasará con el tributo a los embarques de su harina y aceite derivados.
"Lo hemos hablado. En el caso de soja, la misma proporción que se bajaría (el impuesto a la exportación) para el grano se bajaría para el aceite y la harina", dijo en una entrevista con Reuters Alberto Rodríguez, que preside el ente que representa a procesadores y exportadores de granos y derivados del país.
Actualmente, los envíos externos de harina y aceite de soja están gravados por un impuesto del 32%, una decisión tomada por el Gobierno de centroizquierda que comanda el país desde hace 12 años.
Una fuente cercana al futuro ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, no confirmó ni negó la información ante la consulta de Reuters.
El sector agropecuario en general está enfrentado hace años con la presidenta Cristina Fernández por sus políticas intervencionistas, que incluyen altos impuestos y restricciones sobre las exportaciones de cereales, dos puntos que Macri ya prometió reformar.
"Creemos que también se van a adoptar otras medidas relacionadas, como el tema de la admisión temporaria de soja, que es un tema que nos va a permitir mejorar el uso de la capacidad, que hoy tiene una ociosidad importante", señaló Rodríguez, que ha mantenido diálogos con futuros funcionarios.
La industria procesadora está operando con una capacidad ociosa de alrededor del 30%, precisó, en línea con lo previsto a mediados de año. Argentina alcanzó en 2014/15 una cosecha récord de 61,4 millones de toneladas de soja, y esa cifra podría crecer en la actual campaña 2015/16.
El sector que más divisas genera para el país reclama desde hace años que se levanten las restricciones para importar temporariamente soja de países como Paraguay, Brasil, Bolivia o Uruguay, en momentos en que por motivos estacionales la industria se queda con escasos suministros para la molienda.
"Las medidas que se requieren para mejorar la competitividad del sector no son demasiado complejas. Ha habido una acumulación de medidas distorsivas y yo soy optimista de que esas medidas se van a ir modificando o removiendo en un plazo relativamente corto", dijo Rodríguez.
Como ejemplos, mencionó las enormes demoras en la devolución del IVA (impuesto al valor agregado) a las empresas y los largos procesos burocráticos para habilitar puertos agrícolas nuevos, que en muchos casos desincentivan la inversión. "Obtener la aprobación definitiva de un puerto se mide en términos de años".
A su vez, Rodríguez señaló que no cree que será necesario acordar con la nueva gestión una liquidación anticipada de divisas por exportaciones para engrosar las alicaídas reservas internacionales, algo que sucedió a finales del año pasado.
"Es una decisión que tomarán las autoridades cuando asuman. Yo no creo que esta vez pase eso. Me parece que lo lógico es que las fuerzas del mercado operen libremente" , afirmó.
Mercado doméstico. Las operaciones en la mayor plaza agrícola del país están en un nivel muy reducido desde hace más de un mes, debido a que los productores se están aferrando a sus granos, a la espera de que los precios mejoren ante los cambios en las políticas y los pronósticos de una devaluación del peso.
Según datos del Gobierno, los agricultores argentinos tienen en su poder 16,75 millones de toneladas de soja, 20 millones de toneladas de maíz y 9,5 millones de toneladas de trigo, lo que representa unos US$1.365 millones.
Esas divisas podrían ser clave para Macri, que necesita incrementar las reservas del Banco Central para afrontar la difícil apertura del mercado de cambios, una de las medidas más urgentes y sensibles que tomará su Gobierno.
"La mercadería que está en manos de los productores va a ir fluyendo al mercado, y las divisas irán entrando. (...) El productor va a ir regulando el volumen de las ventas en los próximos dos o tres meses, pero nunca se llega al final de la campaña con stock cero", afirmó Rodríguez.
CIARA-CEC representa a los mayores gigantes agroexportadores del mundo, como Cargill [CARGIL.UL], Bunge y Louis Dreyfus [AKIRAU.UL], que poseen plantas procesadoras y puertos propios en el masivo complejo portuario de Rosario.
El Gobierno actual restringe las ventas de maíz y trigo -los dos cultivos más importantes, detrás de la soja- para garantizar el abasto doméstico de alimentos a precios razonables, una política que los productores cuestionan porque reduce los montos que reciben por sus granos en la plaza local.
Macri ha prometido liberar totalmente las restricciones e impuestos sobre las ventas externas de ambos cereales, lo que impulsará la competencia entre exportadores y molinos locales y hará subir los precios de esos granos y sus subproductos.
"Vamos a tener mercados más transparentes, donde el precio interno esté más en línea con el precio internacional. Hoy hay una diferencia", dijo Rodríguez.