La producción de autos en Venezuela se hundió un 85,81% en los primeros seis meses de 2016, según estadísticas del gremio que agrupa a los principales fabricantes de autos, ante la falta de piezas e insumos, que en su mayoría son importados.
Caracas. La unidad en Venezuela de la japonesa Toyota dijo el viernes que reactivó su planta luego de no producir ningún vehículo en el primer semestre del año en el país sudamericano, golpeado por una crisis económica y un estricto control de cambio.
La producción de autos en Venezuela se hundió un 85,81 por ciento en los primeros seis meses de 2016, según estadísticas del gremio que agrupa a los principales fabricantes de autos, ante la falta de piezas e insumos, que en su mayoría son importados.
"Hace algunas semanas hemos reiniciado nuestras operaciones de ensamblaje aquí en la planta de Cumaná (al este del país) de nuestros tres modelos: Corolla, Hylux y Fortuner", dijo el presidente de Toyota de Venezuela, Rafael Chang, en un acto transmitido por el canal estatal de televisión.
El directivo agregó que la empresa, además de proveer autos al mercado local, prevé iniciar la exportación de unidades en el primer semestre de 2017. "Estamos finalizando algunos estudios de carácter técnico y económico", dijo, tras reiterar que la compañía está comprometida con la reactivación del sector.
La firma inició en noviembre de 2015 un proceso de exportación de autopartes producidas en su planta local como una vía para mantener a flote sus operaciones. La empresa espera aumentar a 15 las piezas desde las actuales cuatro que exporta a Argentina.
La Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez) que agrupa a Fiat Chrysler; Ford; General Motors y Toyota, entre otras, mostró que las firmas trabajaron al mínimo por los retrasos en la asignación de divisas para importar suministros. Toyota no produjo ningún vehículo, según los datos del sector.
La industria automotriz venezolana sufre los embates de las profundas distorsiones en el país petrolero, donde la altísima inflación, la escasez de bienes y la caída de los ingresos por ventas de crudo han devenido en una recesión económica.