La huelga, que comenzó el domingo, se ha convertido en la mayor paralización en Petrobras en dos décadas y muestra que los trabajadores respaldan los esfuerzos de los sindicatos por volver a nacionalizar a la compañía.
Río de Janeiro. Líderes sindicales brasileños dijeron este jueves que un respaldo mayor que el esperado a una huelga en Petrobras se debe a la creciente oposición de los trabajadores a una progresiva privatización de la empresa petrolera estatal.
La huelga, que comenzó el domingo, se ha convertido en la mayor paralización en Petrobras en dos décadas y muestra que los trabajadores respaldan los esfuerzos de los sindicatos por volver a nacionalizar a la compañía y reducir la participación extranjera en la industria petrolera, dijeron.
En tanto, una fuente de la compañía dijo que Petrobras no planea ceder a las demandas de los sindicatos de que la empresa detenga las ventas de activos y que no se prevé un final pronto a la movilización.
La medida se da luego de un cambio en las tácticas de los sindicatos, que se están concentrando en demandas nacionalistas y anticapitalistas en lugar de salarios.
"Francamente quedamos sorprendidos por el nivel de apoyo", dijo Marcos Breda, jefe de comunicaciones de Sindipetro Norte-Fluminense, un sindicato de la FUP que representa a los trabajadores de plataformas en la Cuenca Campos, la región petrolera más productiva de Brasil.
"Estoy es muy similar a 1995. Estamos defendiendo las mismas cosas, protestando contra la privatización de la compañía, por la necesidad de defender la soberanía de Brasil, la necesidad de mantener la inversión en Brasil", afirmó.
Desde que la FUP, la mayor federación de sindicatos petroleros de Brasil, inició la huelga en la tarde del domingo, la paralización ha reducido la producción en hasta 273.000 barriles por día (bpd). Eso equivale a hasta un 13 por ciento de los 2,1 millones de bpd que Petroleo Brasileiro SA, producía antes de la movilización.
Petrobras dijo que sus planes de contingencia habían logrado reducir las pérdidas de producción a un estimado de 127.000 barriles el jueves, desde los 134.000 barriles del miércoles y los 178.000 barriles del martes.
Los sindicatos dicen que Petrobras está subestimando el impacto sobre la producción desde que comenzó la huelga.
Esos recortes, sumados a demoras en terminales de combustibles, el cierre de una planta de fertilizantes y una escasez de combustible reportada en algunas zonas remotas del estado de Bahía se han combinado para hacer de esta la mayor huelga contra Petrobras desde la paralización de 32 días de 1995.