La Sala Segunda de la Cámara del Trabajo de Córdoba admitió un recurso interpuesto por vecinos y grupos ambientalistas contra una sentencia anterior que permitía a la empresa estadounidense iniciar las obras de su nueva planta de maíz en Córdoba.
Buenos Aires. Un tribunal argentino ordenó hoy a la empresa estadounidense Monsanto paralizar la construcción de una planta en la provincia de Córdoba, ubicada a unos 650 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, hasta que aporte un estudio de impacto ambiental, informaron fuentes judiciales.
La Sala Segunda de la Cámara del Trabajo de Córdoba admitió un recurso interpuesto por vecinos y grupos ambientalistas contra una sentencia anterior que permitía a la empresa estadounidense iniciar las obras de su nueva planta de maíz en el municipio cordobés de Malvinas Argentinas.
En la sentencia también se prohíbe al ayuntamiento dar autorización de obra hasta que Monsanto presente el estudio requerido.
Los grupos que presentaron el recurso celebraron la sentencia ante los tribunales y en las redes sociales, donde afirmaron estar "llorando" de la alegría y esperar que el fallo lleve "paz social" al municipio.
Monsanto anunció a través de un comunicado su intención de apelar la decisión judicial, ya que considera haber cumplido "todos los requisitos legales", como señaló un juzgado de primera instancia en octubre pasado en la sentencia que fue anulada hoy.
El grupo estadounidense añadió que ya tiene el informe requerido por los tribunales, "que está en proceso de evaluación por parte de la Secretaría de Ambiente de la Provincia" cordobense.
En su escrito también denuncia las acciones de protesta realizadas por grupos ecologistas, a los que califica de "extremistas" que "ejercen violencia y desoyen sistemáticamente las decisiones judiciales".
Monsanto anunció en 2012 la apertura de una planta de producción de semillas de maíz para siembra en Malvinas Argentinas, destinadas a la producción de biocombustibles y alimentos procesados, con una capacidad anual estimada de 60.000 toneladas.
Estos planes se encontraron con la oposición de varios grupos vecinales y ecologistas, que están en contra de la producción de semillas transgénicas y que llevaron a la multinacional ante los tribunales para lograr la paralización del proyecto.