La reunión, con senadores y funcionarios del gabinete, refleja las crecientes preocupaciones en la Casa Blanca por lograr reducir el costo de la política de biocombustibles del país para las refinerías petroleras.
Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunirá con senadores y funcionarios del gabinete este martes para discutir formas de reducir el costo de la política de biocombustibles del país para las refinerías petroleras, de acuerdo con fuentes familiarizadas con el tema.
La reunión refleja las crecientes preocupaciones en la Casa Blanca acerca del estado actual de la Norma de Combustibles Renovables de Estados Unidos, una ley que exige a las refinerías que mezclen biocombustibles como el etanol en base al maíz en sus combustibles, luego de que una refinería de Pensilvania culpó a la regulación por su reciente bancarrota.
El encuentro incluirá a los senadores republicanos Ted Cruz de Texas, Pat Toomey de Pensilvania, Chuck Grassley y Joni Ernst de Iowa, un estado con fuerte producción de maíz, junto con el administrador de la Agencia de Protección Ambiental Scott Pruitt, el secretario de Agricultura Sonny Perdue y el secretario de Energía Rick Perry, de acuerdo con las fuentes.
La reunión también incluirá al director legislativo de la Casa Blanca Marc Short, quien buscará asegurar que cualquier acuerdo pueda lograrse por medio de decretos y acciones regulatorias que se puedan defender en los tribunales, dijeron las fuentes.
Representantes de los funcionarios y de la Casa Blanca declinaron a formular comentarios.
Grupos agrícolas de Estados Unidos instaron este lunes a Trump, en una carta, a no debilitar la norma de renovables, que calificaron como un motor crítico para los empleos rurales. "Cualquier acción que busque debilitar la RFS (siglas en inglés de la norma) para beneficio de un puñado de refinerías, por extensión, se cargará sobre las espaldas de nuestros agricultores", de acuerdo con la carta.
Bajo la norma RFS, las refinerías deben ganar o comprar créditos de mezcla de biocombustibles llamados RIN para probar al Gobierno federal que se están mezclando suficientes biocombustibles en su gasolina y diésel para cumplir con la política.
Sin embargo, como las cuotas de volúmenes de biocombustibles se han incrementado con el paso de los años, también subieron los precios de los créditos, por lo que las refinerías que los compran en vez de adquirirlos mezclando ellas mismas los combustibles enfrentan costos crecientes.