El plan remodelaría la forma en que el Gobierno federal financia carreteras, puentes y otros proyectos de infraestructura. Si llega a buen término, muchos estadounidenses podrían enfrentar impuestos y tasas más altos.
Washington. El presidente Donald Trump reveló este lunes un plan de infraestructura largamente esperado, que solicita al Congreso de Estados Unidos que autorice US$200.000 millones en 10 años para estimular avances por US$1,5 billones que serán pagados por estados, localidades e inversores privados.
El plan, que según funcionarios gubernamentales enfrenta un difícil camino por delante, remodelaría la forma en que el Gobierno federal financia carreteras, puentes y otros proyectos de infraestructura. Si llega a buen término, muchos estadounidenses podrían enfrentar impuestos y tasas más altos.
El plan no ofrece tantos fondos federales nuevos como los demócratas querían ni aborda directamente cómo el Gobierno federal conseguirá el dinero necesario. El Gobierno calificó la propuesta como un punto de partida para las negociaciones.
Trump ha convertido su plan de infraestructura en una de sus principales prioridades legislativas para este año, antes de las elecciones parlamentarias de noviembre que marcarán la mitad de su presidencia, en las que los demócratas intentarán tomar el control del Congreso en poder de los republicanos.
La propuesta legislativa de Trump en materia de infraestructuras necesitaría 60 votos para ser aprobada en el Senado de 100 escaños. Pero como los republicanos sólo tienen una escueta mayoría de 51-49, necesitarán el respaldo de algunos demócratas para su aprobación.
Considerando que se espera una fuerte oposición demócrata, el plan parece enfrentar una batalla cuesta arriba.
"El plan de Trump es sólo otro regalo para las corporaciones y gente adinerada a expensas de los trabajadores estadounidenses, y no aborda algunas de las necesidades más urgentes de infraestructura que enfrenta nuestro país", dijo el Comité Nacional Demócrata.
El presidente estadounidense se reuniría este lunes con funcionarios estatales y locales, incluidos los gobernadores de Wisconsin, Luisiana, Virginia y Maine, antes de sostener una cita con los líderes del Congreso el miércoles para analizar su propuesta.