El público de alto poder adquisitivo, tanto argentino como brasilero, además de ciudadanos locales con inmuebles propios auguran “un buen inicio” para la temporada, pero solo hasta el 15 de enero.

La temporada estival 2018-19 tuvo su primer apronte con miles de turistas que arrancaron para el este el pasado fin semana para recibir la Navidad en la playa.

El punto alto, sin embargo, se comenzará a notar con fuerza desde este viernes 28 con una “movida grande” de reservas y niveles de ocupación, informó el presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo, Juan Martínez.

El agente considera que “todo hace pensar” que el nivel de actividad en hoteles y restaurantes será “interesante” por lo menos hasta la primera quincena de enero.

El público de alto poder adquisitivo argentino y los que tienen sus propios inmuebles en Uruguay, los brasileños que suelen arribar a Punta del Este por Reveillon, y un número importante de jets privados que aterrizaron en Maldonado, auguran “un buen inicio” para la temporada.

Martínez consideró que no se trata de un “mal pronóstico” si se tiene en cuenta que la venta de pasajes marítimos desde la capital argentina cayó 20% respecto al año pasado, al igual que el puente aéreo Montevideo-Buenos.

“Va a ser un año complicado, pero quizás no con la crisis que podíamos esperar en junio de este año. Hay que recordar que nos estamos comparando con una temporada récord”, apuntó.

Empero la mayor preocupación para los agentes turísticos es qué pueda pasar luego del 15 de enero.

El panorama, por ahora, luce poco alentador y con un nivel de reservas bastante inferior al registrado a esta altura del año pasado. “Estamos viendo con preocupación febrero porque la actividad es nula y no hay ni consultas”, alertó. El presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo dijo que desde la segunda quincena de enero se está acusando el impacto de esta retracción de la clase media argentina que no vendrá este año a Uruguay o que su gasto “será muy controlado”.

EEl Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) proyecta que la llegada de turistas argentinos durante la temporada disminuirá 30% respecto a lo observado en el último verano, mientras que el ujo de brasileños será 1,2% menor.

A septiembre de 2018 habían ingresado cerca de 2,5 millones de turistas al país, según datos del Ministerio de Turismo. Ello representa una disminución de casi 6% en la comparación interanual, principalmente concentrada  en el tercer trimestre del año caracterizado por la inestabilidad regional.

El número de visitantes argentinos había mostrado un crecimiento de 10,9% en el primer trimestre del año, pero con el paso de los meses eso se revirtió y hoy la caída es superior a 6% en la comparación interanual.

Colonia, el gran perdedor. Si hay un departamento que sufre en carne propia las vicisitudes de los vecinos es Colonia. Este año no fue la excepción.

Desde que se agravó la crisis cambiaria en Argentina en mayo, la actividad turística ha mostrado un descenso promedio mes tras mes del orden del 40% en la comparación interanual, según el presidente de la Asociación Turística de Colonia, Gerardo Pernigotti.

De hecho, con un nivel de actividad tan menguado en la última semana, los hoteleros optaron por cerrar sus puertas tanto el 24 como este 25 de Navidad y dar libre a su personal. Tradicionalmente los empresarios cerraban uno de esos días, pero no ambos.

De todas formas, al igual que la zona esteña, para la semana que arranca este 28 diciembre y hasta el próximo 6 de enero, se aguarda por un “buen nivel de actividad” tanto en hoteles como restaurantes.

“Colonia va de la mano de lo que pasa a 48 kilómetros (por Buenos Aires) donde viven 15 millones de habitantes. No hay ningún tipo de reemplazo o promoción que pueda lidiar con la economía argentina”, explicó Pernigotti.

Con la suerte de esta temporada echada, la Asociación Turística de Colonia comenzó a realizar en las últimas semanas roadshows con agentes turísticos mayoristas de Argentina para posicionar a ese departamento con mayor fuerza para las próximas vacaciones de invierno.  

“Ahora dependemos de cómo funcione esa campaña en los agentes minoristas y el consumidor nal. Los frutos no se verán en el corto plazo”, aseguró Pernigotti.