Gobierno chileno plantea el desafío de transitar hacia una ley regulatoria durante la actual administración. Mientras, las aplicaciones de transporte ya operan en 20 ciudades regionales y con fuerte presencia en los tres principales centros poblados del país.
El cambió ya se produjo. Hoy los chilenos han cambiado indudablemente su forma de transporte en escasos tres años de operación. Los servicios de transporte a través de plataformas tecnológicas, como Uber y Cabify, son sin duda el cómo se transporta hoy el ciudadano.
En los números la irrupción ha sido con fuerza: hoy existen 70 mil automóviles que trabajan para la plataforma Uber y 15 mil en Cabify, una cifra que duplica los 41.030 taxis básicos y ejecutivos regulados por el Ministerio de Transportes.
Estos vehículos, bajos ambas aplicaciones, ya son aprovechados por 2.249.000 personas al año y 1.500.000, quienes usan Uber y Cabify, respectivamente, de acuerdo con los reportes de usabilidad que informan ambas empresas.
Pero hoy esta revolución del transporte, a través del smartphone, ya no solo aplica a la Región Metropolitana (el Gran Santiago). Según un informe de Uber, la aplicación ya se usa en 20 ciudades del país como Arica, Iquique, Alto Hospicio, Antofagasta, Calama, La Serena, Valparaíso, Rancagua, Talca, Concepción, Puerto Montt y Punta Arenas, entre otras. Además de esos centros regionales, el sistema también se puede usar en localidades cercanas. Con ello, el porcentaje de cobertura de estas aplicaciones ya cubre el 90% de las zonas urbanas.
Para Felipe Contreras, gerente de comunicaciones de Uber, el crecimiento va por el camino de "la necesidad y el anhelo de incorporar nuevas alternativas de movilidad que ampliarán el espectro a la hora de elegir cómo moverse en las ciudades", declaró a AmericaEconomía, a través de un comunicado.
Cabify, en tanto, solo opera en las ciudades de Santiago, Valparaíso y Concepción, sin embargo, planea a corto plazo pasar de 15 mil a 30 mil autos a fin de año, y en más ciudades. Agustín Guilisasti, gerente general de la empresa en Chile, nos comenta: "necesitamos llegar a lugares donde no llega el transporte tradicional, como los horarios nocturnos, zonas sin metro o en horas en que bajan los buses".
Proyecto
Desde el ministerio de Transporte han visto con preocupación el fenómeno, provocado por la penetración de las tecnologías en ciudades más pequeñas, que han avivado la gradual desaparición del bus a manos del taxi colectivo. Desde la subsecretaria de Transportes, el diagnóstico es claro: los sistemas de transportes de núcleos más chicos son más frágiles desde el punto de vista económico y perturbaciones de este tipo pueden generar un impacto. Añadiendo que el gobierno trabaja en aprobar en esta administración el proyecto que regula ambas aplicaciones.
Alejandro Tirachini, de la división de Ingeniería de Transporte del departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile, afirma que mientras en Santiago los taxis y luego los buses son los más afectados por Uber y Cabify, "en regiones aparece el taxi colectivo, que tiene un alto uso. En ciudades más pequeñas se va a reajustar la demanda de estos servicios en el mediano plazo".