Aunque, según el Gobierno, se están tomando las medidas regulatorias para reemplazar la generación ineficiente, las restricciones en los contratos de gas en el largo plazo siguen siendo un problema sin solución a la vista.

Más de $12 billones anuales (US$3.796,7 millones) le costaría hoy a Colombia un apagón como el que se presentó en la década de 1990, según el ministro de Minas y Energía, Tomás González. Sin embargo, el funcionario destacó que las medidas que ha tomado el sector eléctrico y el Gobierno han estado encaminadas a garantizar que esa situación no se repita y casi el 100% de la demanda está cubierta actualmente y la confiabilidad del sistema se mantiene.

Pero algunos industriales, como Carlos Enrique Moreno, presidente de la organización Corona, cuestionan el precio que han tenido que pagar algunas empresas por el diseño del sistema, que, si bien le da la seguridad al país para que en efecto no haya un apagón, también hace que los costos del servicio sean más altos, afectando la competitividad industrial.

“Hay unas plantas viejas u obsoletas que tienen un costo de generación alto. Como el sistema es marginalista, esos activos son los que marcan el precio. Entonces las empresas generan contratos de largo plazo, hasta cuando la generación sea eficiente, pero una planta que pueda o no entrar a producir energía nadie la contrata. Son activos que distorsionan la estructura de precios y deben ser sacados del mercado para que haya una oferta eficiente y los precios bajen”, dijo.

De acuerdo con González, la capacidad de los empresarios para competir no depende exclusivamente de los precios de este insumo. “Hay que ser eficientes en las tarifas. Tenemos que avanzar en medidas como sustituir la generación, que es costosa. Eso se está haciendo a través de la regulación, pero en eficiencia (del uso del insumo) se puede avanzar mucho más. Si avanzamos, en los escenarios más conservadores, podríamos evitar una expansión de algo así como dos hidrosogamosos más, lo que sería muy bueno para las tarifas”.

Aunque durante el octavo encuentro anual del sector energético, organizado por Acolgen, se reconoció que existe mayor sincronía entre estos sectores antagónicos, Ricardo Sierra, presidente de Celsia, considera que no se trata de llegar a puntos medios y que “si hubiera gas de largo plazo, a precios baratos, para que la industria térmica pueda ofertar esa energía en contratos, esa sería la solución”.

En todo caso, la incertidumbre por los precios de la energía sigue siendo pan de cada día para los industriales y los generadores. Unos, dice Rosario Córdoba, presidenta del Consejo Privado de Competitividad, quieren saber cuánto les va a costar el insumo y los otros están en un ambiente que no da las condiciones para generar contratos de largo plazo. “La idea es desarrollar un mercado en el que, a través de instrumentos financieros, se pueda cubrir ese precio, como pasa con el café, la TRM o el petróleo”.