Los nuevos sistemas de regadío y los embalses han aliviado el efecto de la sequía para algunos productores, pero la cosecha se espera en alrededor de 800.000 toneladas, la mitad del año pasado, lo que ha hecho que los precios se disparen en 50% desde julio.
"Un olivo es como un camello, no hay que darle mucho agua, pero cuando ya tiene mucha sed, hay que darle", dice el productor de aceite de oliva Francisco Núñez de Prado sobre la sequía que podría reducir la cosecha de este año en España a la mitad de la del año pasado.
El terreno de Núñez de Prado en el corazón andaluz del olivar, en la provincia de Córdoba, sufrirá probablemente una caída abrupta en la cosecha de este año. Este agricultor se ha salvado de algún modo gracias al regadío extensivo, pero otros productores han visto cómo no les nacía una sola oliva.
Eso ha hecho que los precios aumenten, y los consumidores tendrán que pagar más por el "oro líquido" en los próximos meses a medida que los supermercados suban los precios.
"Ha sido una sequía bíblica este año, me recuerda a 1945, el año del hambre en España", dijo Núñez de Prado, que añadió que las precipitaciones en la zona donde se sitúa su explotación, en la Sierra Madre, han sido las más bajas desde ese año.
Una cosecha mala será otro golpe para España, la cuarta economía de la eurozona, que sustituyó a Grecia, Irlanda y Portugal a principios de ese año como la principal amenaza para la supervivencia del proyecto de la moneda única.
Los datos oficiales de la agencia estatal de meteorología muestran que este año ha sido el segundo más seco en 60 años, después de 1994. Eso ha afectado especialmente al sur, a Andalucía, que produce aproximadamente el 80% del aceite de oliva de España.
Esta semana ha comenzado a llover con fuerza en Andalucía, pero los analistas dicen que serían necesarias precipitaciones constantes en lugar de dos días de intensas lluvias para que la cosecha sea mucho mayor de la prevista en la actualidad.
Los nuevos sistemas de regadío y los embalses han aliviado el efecto de la sequía para algunos productores, pero la cosecha se espera en alrededor de 800.000 toneladas, la mitad del año pasado, lo que ha hecho que los precios se disparen en 50% desde julio.
Los costes más elevados proporcionan un alivio limitado a los productores.
Los precios al por mayor casi se han doblado, a 2,4 euros el kilo, desde aproximadamente 1,6 euros en julio, y el analista de aceites comestibles Oil World dijo que pueden llegar a subir más en los próximos meses ante la reducción de la producción mundial en 2012/2013.
Aún así, el Consejo Internacional del Aceite de Oliva señaló que la subida se produce tras dos años en los que los precios han permanecido en niveles bajos y que el salto de ahora ha llevado a que los precios vuelvan a niveles de 2009.
"Hay ciertas partes de nuestras tierras, dependiendo de su altitud y otros factores, donde no ha crecido ni un sola oliva. Estimamos que la producción será la mitad de la vimos el año pasado, y no está nada claro que la subida de los precios cubra nuestros gastos", dijo Francisco Vañó, director de la explotación Castillo de Canena, que lleva en manos familiares desde 1780.
Añadió que varios factores este año, entre ellos un invierno muy frío, la sequía y el hecho de que sea normal que una mala cosecha siga a una buena por el descanso de los árboles se han unido para crear una "tormenta perfecta" que podría llevar a la bancarrota a los productores más pequeños.
La subida repercutirá en las tiendas. Una cosecha mala tampoco ha permitido que muchos proveedores inviertan en sistemas como una mejor irrigación y poda que permita una mejor cosecha próxima.
"Eso podría llevar a que veamos una mala cosecha también en 2013 y 2014", advirtió Vañó.
Añadió que la cosecha ayudaría sin duda a otros proveedores de aceite de países como Grecia e Italia. Su firma vende aproximadamente 85% de lo que produce a tiendas de gama alta, como los almacenes Harrod's de Londres.
Lo que consuela a España es el hecho de que la buena cosecha del año pasado podría proporcionar una importante colchón para las pérdidas de este año. Las exportaciones suponen unas 800.000 toneladas de aceite de oliva cada año y hay unas 700.000 en stock, lo que cubre todas las necesidades nacionales y para la exportación.
Los supermercados en España aún tienen que reflejar la subida de los precios, ya que los productores tienen dificultades para convencer a los minoristas de que los costes han subido. Pero los precios subirán de igual forma tanto dentro como fuera de España, y las exportaciones crecerán previsiblemente este año.
"Sin ninguna duda, los precios de consumo subirán, pero no veo que los exportadores los suban tanto para no acabar con el crecimiento que hemos visto en los últimos años. Si vemos una subida, digamos de dos a tres euros en España pues tampoco creo que afectaría mucho aun con la crisis que tenemos", dijo Joaquín García-Romanillos, analista en Kepler Capital Markets.
Añadió que los precios al por menor de menos de dos euros por litro en España estaban por debajo del coste de producción, por lo que una subida ayudaría a los productores.
Acesur, uno de los grandes productores en España, con sede en Andalucía y conocido por la marca La Española, dijo que el verdadero problema ahora era intentar pasar el efecto de la sequía a las cadenas de supermercados y a los distribuidores.
"La subida tan brusca que hemos visto en solo unas semanas no ayuda nada al sector porque ahora convencer a los distribuidores y exportadores que hay que pagar más va a ser muy complicado. Esta es la batalla a la que nos enfrentamos ahora", dijo el responsable de Acesur, Gonzalo Guillén.