Ante esta situación, los productores se proponen buscar mercados alternativos, como la posibilidad de la apertura del mercado estadounidense para la carne ovina sin hueso, y el desarrollo de los mercados de Rusia y China.
La situación de la economía mundial impactará este año en las colocaciones de carne ovina uruguaya, al tiempo que se vende menos lana por la inestabilidad en Europa. Sin embargo, los precios siguen siendo buenos y esa realidad que se vivirá con fuerza este año será superada en el plazo de un año.
“Hay altas posibilidades que esta zafra de corderos pesados sea complicada”, dijo el gerente del Frigorífico San Jacinto, Gastón Scayola, y remarcó que “este año no nos irá tan bien como otros”.
Por su parte, el director de Lanas Trinidad, Pedro Otegui, aseguró que “no se cuestiona la tormenta, sino de qué tamaño será” .
De esa forma puede sintetizarse lo expuesto el viernes pasado por representantes de las industrias textil y de la carne durante la jornada Agro en Foco sobre el rubro ovino, que se realizó en el Teatro Larrañaga de Salto, organizada por la consultora Blasina y Asociados, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y El Observador. La actividad contó con el apoyo de la Intendencia de Salto, el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y el movimiento CREA.
En respuesta a Otegui, que reconoció que habrá tormenta (en los mercados por la crisis económica europea) pero no se sabe si además caerá granizo, Scayola aseguró al intervenir en la mesa de diálogo que cerró la actividad que en el negocio de la carne “las piedritas son grandes”.
El gerente del San Jacinto, uno de los principales frigoríficos exportadores de carne ovina del país junto al Tacuarembó/Marfrig, dijo que “el ovino es un rubro clave” para su empresa y aseguró que el cordero pesado, que comenzó a producirse hace más de 15 años,ahora se ha transformado en “una marca de calidad en el mundo”.
El industrial recordó que el negocio de la carne ovina uruguaya “está muy concentrado” en Brasil para las colocaciones con hueso (paletas, asados y el french rak) y en Europa sin hueso, “donde tenemos una cuota chica que aprovechamos muy bien”. Sin embargo, Scayola alertó que “Brasil presiona los precios a la baja de lo que compra a Uruguay” mediante la devalución del real y, en el caso de Europa, “bajaron los precios y compran menos”.
Scayola sostuvo que “para contrarrestar esto debemos tener mercados alternativos” y mencionó la posibilidad de la apertura del mercado estadounidense para la carne ovina sin hueso y desarrollar los mercados de Rusia y China para compensar Brasil.
En Rusia “se avanza de forma lenta con el cordero pesado y en China tenemos la barrera cultural que los chinos tienen que aprender a comer corderos pesados y la competencia agresiva de Nueva Zelanda y de Australia”.
El Frigorífico San Jacinto acaba de realizar por primera vez una degustación de carne ovina en China con la colaboración de la embajada de Uruguay en Pekín. “Ofrecimos cinco cortes, tres de vacunos y dos de ovinos que vendemos a Brasil. Estamos en la etapa de sembrar”, dijo Scayola.“Siempre hay gente con plata en el bolsillo”.
Otegui, dijo que a la industria textil le “preocupa la situación de Europa, que es muy difícil, pero gente con plata en el bolsillo siempre hay y la lana se ha ido posicionando en un nicho de mercado de calidad y alto valor”. Sin embargo, el industrial dijo que en la actual coyuntura “se está vendiendo lo que se tiene y no aumenta la producción” y abogó por considerar otros temas importantes, además de la crisis europea.
Otegui dijo que, en el plano interno, hay que apuntar a una producción ovina mayor.Hay que producir más cantidad, más calidad y luchar por los costos, y al reseñar los deberes pendientes aseguró que “hay que ponerle el ojo al riego. Explicó que el agua en la actividad agropecuaria es como tener un seguro de vida.
Respecto a la producción textil, el empresario recordó que “Uruguay tuvo muchas fábricas y perdió valor agregado” cuando cerró esos establecimientos. “En lana, lo perdimos por no tener buenos acuerdos comerciales con otros países”, agregó, en alusión a EEUU, que era el principal comprador de tejidos.