El departamento de Economía Agropecuaria de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) proyecta que los menores ingresos para la presente zafra sería equivalente a casi dos puntos del Producto Interno Bruto (PIB).
El Observador de Uruguay. El departamento de Economía Agropecuaria de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), actualizó esta semana los datos sobre la estimación de pérdidas en el sector como consecuencia de la sequía sufrida en el último verano.
La gremial proyecta que los menores ingresos para la presente zafra rondarían los US$1.084 millones, equivalentes a casi dos puntos del Producto Interno Bruto (PIB).
La cifra es superior al primer diagnóstico que se había presentado a comienzo de mayo en la Comisión de Ganadería del Senado en donde se hablaba de US$1.007 millones.
El nuevo informe al que accedió El Observador estima en unos US$995 millones la disminución de ingresos por menores rendimientos en los cultivos de oleaginosos y cereales.
El mayor impacto está dado por los menores rendimientos constatados en la soja que arroja pérdidas por US$856 millones en comparación a 2017. Para la última zafra el rendimiento observado es de 900 kilos por hectárea, menos de la tercera parte que el rendimiento de la cosecha inmediata anterior.
En tanto, las pérdidas para el sector arrocero fueron estimadas en US$21 millones. Esa cifra toma en cuenta una menor cosecha y las pérdidas totales por área no cosechada.
De acuerdo con las estimaciones realizadas por la Asociación de Cultivadores de Arroz, el rendimiento será levemente superior al promedio histórico, pero por debajo de la zafra anterior, señala el informe.
La totalidad del cultivo de arroz en Uruguay se realiza 100% bajo riego, lo que junto a la genética y la adaptación de variedades, así como el manejo que se realizó del cultivo, son factores determinantes que limitan los daños por efectos climáticos.
De todas formas, la falta de agua en la zafra 2017-2018 determinó que entre 500 y 600 hectáreas de cultivo se perdieran totalmente. Si se estima el costo de producción en US$2000 por hectárea, las pérdidas totales por área sembrada y no cosechada estarían entre US$1 millón y US$1,2 millones.
Además, se estima un rendimiento promedio que estaría en los 8.200 kilos por hectárea, 400 kilos menos que la zafra anterior.
Para el caso de la ganadería, las estimaciones manejadas por la gremial pertenecen al Instituto de Investigación Agropecuaria (INIA) e indican que la disminución de ingresos por un menor peso en los terneros sería de unos US$26 millones.
El impacto es mayor si se lo proyecta en las dos próximas zafras, dado que se puede esperar un menor nacimiento de terneros, lo que supone menos ventas a futuro, ya sea como terneros o como novillos.
Por último, las pérdidas de mejoramientos forrajeros en la ganadería serían de US$42 millones, correspondientes a entre 120 mil y 180 mil hectáreas afectadas por el déficit hídrico.