El gobierno uruguayo siente que tiene pocos caminos para enfrentar el proteccionismo de Argentina y Brasil que, en la medida que no se resuelva la crisis europea, aumentará en vigor.
Montevideos. Tras la última cumbre del Mercosur, a la administración Mujica le quedó claro que con Argentina el diálogo será duro, mientras que con Brasil –primer socio comercial– se logró que contemple el acceso a ese mercado de los socios menores del bloque, aunque también siempre aparecen dificultades que trancan los camiones en la frontera.
Esta semana el presidente José Mujica transmitió su preocupación por la posición de Argentina, a un grupo de empresarios con los que se reunió en Anchorena, según informó el diario La Nación.
Pocas horas después, se conoció a través de la prensa bonaerense de renovadas presiones del gobierno argentino a empresarios en favor de su plan de sustitución de importaciones.
A las tradicionales llamadas telefónicas del secretario de Comercio, Guillermo Moreno –jerarca que cobró más poder en este segundo período de Cristina Fernández– se sumó una reunión esta semana con supermercadistas para advertirles de los controles a los que serán sometidas sus importaciones, sobre todo de alimentos que se produzcan en el país. Por otro lado, está la exigencia de licencias para importar.
El gobierno uruguayo apuesta al diálogo para ir resolviendo los problemas puntuales, según comentó a El Observador, Sebastian Torres, director nacional de Industria. Esa estrategia no convence del todo a los empresarios uruguayos “que reclaman “no quedarse callados” y que se tomen “acciones directas” para enfrentar las dificultades al comercio que imponen los socios.
El presidente de la Cámara de la Vestimenta, Elbio Fuscaldo, comentó a El Observador que de las 60 licencias de importación que se tramitan con Argentina, la mayoría está sobre los 60 días, que fue el nuevo límite acordado para sacarlas adelante.
Recordó que ese plazo era de 30 días y ahora, desde que los temas comerciales pasaron a la Secretaría de Comercio Exterior, que según Fuscaldo, “es el ministerio de trabas generales que dirige Moreno”, el panorama empeoró.
Por este tema, el diputado Alvaro Delgado (Partido Nacional) se reunió con el canciller Luis Almagro. El legislador comentó a El Observador que la última cumbre del Mercosur dejó en lo comercial “un sabor poco dulce” para Uruguay cuando Argentina rechazó asegurar el libre comercio. Dijo que hoy unas 15 licencias de importación tienen más de 100 días de tramitación, lo que “es intolerable”, aseguró.
El Ministerio de Industria hace gestiones para destrabar esas exportaciones y asegura que son 17 las licencias fuera de fecha.
Lo cierto es que el problema se viene arrastrando sin una solución defondo. En setiembre, Washington Burghi, presidente de la Cámara de Industrias, comentó a El Observador que “las trabas de los vecinos ya son algo indignante”. “Hoy vemos con la ñata contra el vidrio cómo los demás gobiernos protegen a sus empresas y nosotros seguimos abiertos y sin protección”, afirmó.
Con Brasil, la presidenta Dilma Rousseff se comprometió en diciembre ante sus colegas del Mercosur a facilitar el comercio intrazona. De todos modos, hoy está impedido el ingreso de frazadas de fábricas uruguayas.
En ese caso, Brasil sospecha que se da una “triangulación” con productos fabricados en países asiáticos que pasan por Uruguay, donde prácticamente no se les agrega valor, requisito fundamental para entrar al bloque evitando pagar impuestos.
La investigación iniciada por Brasil sobre esos productos estará terminada en febrero. “Estas situaciones generan pérdidas económicas, distorsiones en lo comercial, desaliento e incertidumbre para cerrar negocios”, afirmó Fuscaldo.
Una fuente empresarial comentó a El Observador que las frazadas uruguayas cumplen “100% con el régimen de origen del Mercosur”. El problema, explicó, es que Brasil creó “otra norma” que intenta imponer para protegerse de la competencia asiática. Actualmente, al no haber pedidos, está paralizada la producción, comentó el empresario, que confía en el éxito de las negociaciones del gobierno. El diputado Delgado señaló que el problema de las frazadas con Brasil afecta a 15 empresas locales que dan trabajo a mil personas, sobre todo mujeres.