Originalmente era un proyecto binacional, entre las petroleras ANCAP y Enarsa de Argentina, pero las demoras de la administración de Cristina Fernández llevaron al gobierno uruguayo a continuar solo.
El gobierno uruguayo evalúa como positivo que Argentina no sea parte del proyecto de la regasificadora que se instalará en la bahía de Montevideo cerca de Puntas de Sayago, hacia donde se ampliará el puerto capitalino. La evaluación positiva es porque Argentina no tiene capacidad para acceder a créditos –situación que se mantendrá por varios años más– y cuando lo hace paga tasas superiores a 10%.
Eso implicaría un aumento de los costos de las obras en los que estaría involucrado Uruguay como socio.
Según supo El Observador, desde Argentina se sugirió que Uruguay –que sí obtiene financiamiento en el exterior y a tasas bajas– sea garante de préstamos de Argentina, lo que fue desechado rápidamente. La asociación con Argentina implicará además someter todas las decisiones a la aprobación de ambos gobiernos, lo que puede complicar el avance del trabajo.
La regasificadora permitirá procesar unos 10 millones de metros cúbicos de gas por día. Originalmente era un proyecto binacional, entre las petroleras ANCAP y Enarsa de Argentina, pero las demoras de la administración de Cristina Fernández de Kirchner llevaron al gobierno uruguayo a continuar solo. El presidente José Mujica reiteró esta semana que la obra “va o va” y que se hará “con o sin Argentina”.
Uruguay consume actualmente unos 350 mil metros cúbicos de gas por día pero con la regasificadora se espera aumentarlo a 5 millones diarios, ya sea por el uso residencial e industrial, pero más que nada por la necesidad de UTE de alimentar con gas sus plantas de generación de energía.
El sobrecosto energético replica en el déficit fiscal de Uruguay.