El empresario dueño de la armadora de vehículos Lifan, que se vio afectada por las trabas arancelarias de Brasil y que anunció el envío a seguro de paro de los 400 empleados la semana pasada, aseguró que los problemas de la industria automotriz uruguaya no solo tienen que ver con la relación con Brasil, sino con la baja productividad uruguaya.
El dueño de la fábrica Effa Motors, Eduardo Effa, dijo que pese a tener la intención de desarrollar una fábrica con ocho líneas de producción y con 2.000 trabajadores, el sindicato del sector, la Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (Untmra) no lo ha dejado.
Hoy le fábrica cuenta con cuatro líneas y 400 empleados.
En una entrevista con Comercio Exterior & Transporte de El Observador, publicada este jueves, el empresario dueño de la armadora de vehículos Lifan, que se vio afectada por las trabas arancelarias de Brasil y que anunció el envío a seguro de paro de los 400 empleados la semana pasada, aseguró que los problemas de la industria automotriz uruguaya no solo tienen que ver con la relación con Brasil, sino con la baja productividad uruguaya.
“El problema en Uruguay es la gran ineficiencia que la fábrica tiene. Construir un vehículo en Uruguay nos está costando tres o cuatro veces más caro que lo que cuesta en cualquier parte del mundo armar el mismo vehículo”, dijo Effa.
Consultado acerca de los motivos, el empresario no dudó en decir que “tiene que ver con la cultura sindical, pues el sindicato simplemente para y todos los días inventa una cosa nueva”. Agregó que los problemas con el gremio están solucionados “oficialmente, pero en la práctica la gente no produce”.
En ese sentido, dijo que la empresa no puede elegir a sus empleados y que estos son impuestos por el gremio: “En Uruguay uno no puede sustituir a la gente que no trabaja, no hay cómo seleccionar la gente”, agregó.