El Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (Sapi) dijo que no anulará ninguna marca, "aunque se atenderá si las empresas cumplen o no con la ley, o si hay casos de marcas vulgarizadas".
Caracas. José Villalba, presidente del Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (Sapi), señaló que el gobierno no tiene previsto anular ninguna marca, "aunque se atenderá si las empresas cumplen o no con la ley, o si hay casos de marcas vulgarizadas".
Dicha afirmación tuvo lugar hace pocos días, cuando el Sapi sacó a luz pública la cesión de la marca "Harina Pan" a la canadiense DTT, por parte de Polar.
El comentario de Villalba llevó a varios especialistas en materia de Propiedad Intelectual (PI) a plantearse algunos escenarios posibles. El más cercano es que el gobierno podría crear la figura de "vulgarización de marcas" en la reforma de la Ley de PI. (Esa figura existía cuando la Ley de PI estaba en el régimen de la Comunidad Andina de Naciones, pero no actualmente).
La fuerza de una marca. "Vulgarización de marca" es un concepto que aplica cuando una marca determinada adquiere tal fuerza, que la sociedad la asimila al genérico del producto que designa.
"La vulgarización es negativa para las marcas, ya que cuando el cliente pide, por ejemplo, 'cinta scotch', el vendedor le entrega cualquier marca porque cree que 'scotch' es el producto en sí y no un distintivo. Igual piensa el consumidor, quien compra sin cuestionar", explica el abogado Ricardo E. Antequera.
La "vulgarización de marca" tampoco favorece a las empresas de la competencia, dado que éstas tienen que luchar contra el posicionamiento de la marca dominante y no pueden referirse al producto por su verdadero nombre porque la gente no estila hacerlo. (Por ejemplo, todos hablan de "jacuzzi", pero nadie dice "bañeras de hidromasaje") ¿"Harina Pan" podría ser un caso de marca vulgarizada?
Según Antequera Hernández, no podría serlo, porque si bien se usa el término "Harina Pan" como sinónimo del genérico "harina de maíz precocida", el consumidor distingue la marca Polar de otras del mercado.
No obstante, si el gobierno -llegado el momento- quisiera interponer un acto para que "Harina Pan" se asiente como caso de "vulgarización", debería, antes que todo, crear un artículo en la Ley de PI con esa figura. Luego debería incluir una acción jurídico-administrativa con la consideración del caso "Harina Pan" y comprobar que esa marca perdió su carácter distintivo.
Quién gana y quién pierde. Un proceso jurídico sobre "vulgarización de marca" no es fácil ni corto, pero si el gobierno finalmente ganara en su supuesta intención (supuesto negado, por ahora), "Harina Pan" pasaría a ser un genérico, los derechos a dominio público y el nombre podría ser usado por otras marcas.
En tal situación, por ejemplo, se podría registrar en el SAPI "Harina Pan de Polar", "Harina Pan Lucharepa", "Harina Pan Juana", entre otras "harina pan". ¿Qué ganaría el mercado? Según Antequera Hernández, "nada". Por eso el gobierno no llevaría tampoco las de ganar, ya que parte de la motivación legal para determinar la "vulgarización" de la marca "Harina Pan" (o cualquier otra), es que la decisión genere algún tipo de beneficio para el consumidor.
¿Y qué ganaría el gobierno? Según Antequera, "nada tampoco". La única perjudicada sería Polar, con una marca anulada en su distinción, pero tal acción no beneficiaría a nadie. La mera motivación política no alcanzaría legalmente para justificar el zarpazo del gobierno... ¿O sí?