Según analistas, aunque el gobierno está obligado a estar alerta ante el retroceso de las cotizaciones, cuenta con las herramientas necesarias para "echar el resto" en materia de gasto público, elemento fundamental para su estrategia de campaña electoral.
La caída de los precios petroleros observada durante las últimas semanas no obligaría al gobierno nacional a realizar un gran ajuste fiscal este año. Por ello, puede "diferir" hasta 2013 los efectos negativos de baja del petróleo.
Según analistas, aunque el gobierno está obligado a estar alerta ante el retroceso de las cotizaciones, por representar el petróleo el 90% de sus ingresos, cuenta con las herramientas necesarias para "echar el resto" en materia de gasto público, elemento fundamental para su estrategia de campaña electoral.
De acuerdo con el economista del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa), José Manuel Puente, el promedio del precio del crudo venezolano para este año, aunque se produzca una baja sensible en los precios será razonablemente alto, por lo que descarta medidas severas como una devaluación del tipo de cambio, o la adopción de nuevos impuestos al menos en el corto plazo.
Por su parte, el analista petrolero Luis Oliveros, indicó que ciertamente el mercado petrolero parece estar entrando a un período bajista, pero ve muy poco probable que las cotizaciones petroleras bajen de US$88 por barril, nivel crítico que requieren las más importantes economías petroleras, incluyendo la venezolana, para mantener un relativo equilibrio fiscal.
De acuerdo con cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía de Arabia Saudita puede mantenerse en equilibrio con una cotización de US$90 por barril, por lo que al mayor productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no le convendría un valor inferior.
Este argumento es común para todas las economías de los restantes miembros de la OPEP, por lo que es factible que una de las cosas que pudiera ocurrir, en caso de que la tendencia bajista de los precios se acentuara, es que la organización de productores tomara medidas para reducir su bombeo.
Sin embargo, el profesor de postgrado en materia petrolera de la Universidad Central de Venezuela, Mahzar Al-Shereidah, es poco optimista sobre las posibilidades reales que tiene la OPEP para detener una caída sostenida de los precios petroleros.
El docente señaló que los precios seguirán bajando, pero dice no tener idea a qué velocidad. La proyección más probable es que caigan o se reduzcan gradualmente, y básicamente por las expectativas que se tienen sobre la economía europea.
Menú de opciones. Aunque los analistas consultados manifestaron que no habrá medidas duras en materia fiscal este año, no se descartaron que el gobierno incremente dramáticamente sus niveles de endeudamiento, deje de pagar cuentas pendientes a proveedores, especialmente en el sector petrolero, y difiera gastos con bajo impacto político social.
El analista petrolero Luis Oliveros indicó que en un escenario muy malo podrían aparecer algunos impuestos de fácil recaudación e implementación, como el tributo al débito bancario, pero fue enfático en señalar que la devaluación está descartada hasta por lo menos diciembre de este año.
José Manuel Puente manifestó que las exportaciones petroleras venezolanas alcanzaron US$13.000 millones en el primer trimestre de este año, de manera que si los precios mantuvieran el promedio de US$112,06 el barril, la proyección de ingresos anual daría US$98.000 millones.
Cotizaciones. Con la baja observada de las cotizaciones una proyección probable de ingresos, según Puente, se ubicaría entre US$80.000 y US$90.000 millones, dejando una brecha de entre US$8.000 y US$18.000 millones que podría cubrirse usando los fondos extra presupuestarios que el gobierno dice tener y más endeudamiento.
Cabe destacar que el presidente de la República, Hugo Chávez, señaló, en mayo pasado, que en el Fonden quedan solamente US$4.700 millones no comprometidos de un total de aportes de US$92.956 millones.
La cifra dada a conocer por el jefe del Estado, planteó incertidumbre sobre la capacidad real del gasto que el Ejecutivo nacional tiene en estos fondos cuasifiscales.
Al-Shereidah apunta que el problema real no es el precio del petróleo, sino la política fiscal implementada, porque si ésta es permanentemente expansiva, no habrá equilibrio en ningún escenario de cotizaciones posibles.
A su juicio, parece inexplicable que 2011 cerrara con un déficit fiscal cuando se presupuestó un precio de US$40 por barril y al final se registró uno de US$101,06 el barril, lo que da un excedente superior a 100%, que al menos en parte se debió ahorrar, para enfrentar una contingencia de bajos precios petroleros.
"No hemos sabido convertir esta riqueza en diversificación de la economía, y en incremento de nuestras reservas, como lo han hecho Qatar, Noruega, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos que han creado fondos soberanos de riqueza, para ahorrar esos recursos extraordinarios que alcanzan trillones de dólares", destacó el analista.
Para otra muestra, Shelly Shetty, jefa de calificación soberana para Latinoamérica en Nueva York de la firma Fitch Ratings, entre los grandes países de Latinoamérica, Argentina y Venezuela serían los más duramente golpeados por la desaceleración del crecimiento global y la caída en los precios de las materias primas. Petróleo en el caso de Venezuela y soya para Argentina.
Explicó la analista "tanto Chile como Perú poseen fondos para tiempos difíciles, y la deuda de sus gobiernos es relativamente pequeña respecto a su producción económica. Ambos países poseen la flexibilidad fiscal para hacer frente a una potencial caída de los flujos de ingresos de capital, a una abrupta baja de los precios de los metales -sus principales exportaciones - y a la volatilidad en los tipos de cambio".
Devaluación encubierta. A pesar de que no se vislumbra una depreciación lineal del bolívar en el corto plazo, los analistas consultados no descartan que para mejorar su perfil fiscal el gobierno utilice mecanismos que pudieran inducir una devaluación encubierta.
Existe la posibilidad de que algunos sectores económicos que actualmente reciben sus divisas a través de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) a una tasa oficial de 4,30 bolívares (US$1) por dólar, se vieran desplazados hacia el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), donde tendrían que pagar un tipo de cambio de 5,30 bolívares por dólar.
Asimismo, tampoco se descarta que la tasa de cambio proveniente de este sistema, que funciona administrado por el Banco Central de Venezuela (BCV) sea modificada hacia finales de año.