Con casi cuatro veces el tamaño de Disneylandia, 125 hectáreas, el sitio militar es una de las últimas grandes franjas de tierra no desarrollada en Ciudad de México, una megalópolis donde el valor de los terrenos se ha disparado en barrios codiciados.
Ciudad de México. El Gobierno de México está preparando la venta de un inmenso terreno que podría convertir un área no urbanizada de la capital en uno de los desarrollos inmobiliarios más lucrativos de América Latina, con un precio que según expertos podría llegar a los US$1.000 millones.
Con casi cuatro veces el tamaño de Disneylandia, 125 hectáreas, el sitio militar es una de las últimas grandes franjas de tierra no desarrollada en Ciudad de México, una megalópolis con más de 20 millones de habitantes donde el valor de los terrenos se ha disparado en barrios codiciados.
"Sería el proyecto de desarrollo más importante en Latinoamérica por mucho", dijo Rodrigo Suárez, director de operaciones de la firma mexicana de capital privado Hasta Capital.
Ocupado por una base militar con amplias áreas verdes, según imágenes satelitales, el sitio se ubica entre las lujosas oficinas y centros comerciales de Santa Fe y las exclusivas casas de Lomas de Chapultepec, no muy lejos de las elegantes oficinas y torres de departamentos construidas por el magnate mexicano Carlos Slim en una zona conocida como Nuevo Polanco.
La posible venta del sitio fue anunciada discretamente en un documento publicado en la gaceta del gobierno el mes pasado y pasó desapercibida en los medios. Investigaciones de Reuters muestran que los planes para la venta ya están en marcha.
Según el documento, el sitio ya no es necesario para los militares y no ofrece ningún uso para otras instituciones públicas. Los fondos de su venta irían a la tesorería federal.
El precio base sería fijado por el instituto de tasación de México, un organismo gubernamental que administra y valora la propiedad federal, que no respondió a una solicitud de comentarios.
Un portavoz de una agencia federal independiente, el servicio de administración y transferencia de propiedades, que administraría la venta, dijo que aún no ha establecido un cronograma ni se ha determinado el tipo de licitación que usará.
El Gobierno planea contratar a la correduría internacional Jones Lang LaSalle para comercializar el sitio, dijeron cuatro profesionales inmobiliarios de Ciudad de México no afiliados a la compañía, lo que sugiere aspiraciones de atraer inversionistas sofisticados. La correduría se negó a comentar.
Valor real. Profesionales de bienes raíces dijeron que el valor real de la propiedad es difícil de calcular hasta que el Gobierno anuncie si venderá el sitio tal como está o con un cambio de clasificación que podría permitir una construcción altamente lucrativa.
El proceso podría continuar hasta el próximo Gobierno si no se concreta antes de que finalice el mandato del presidente Enrique Peña Nieto el 30 de noviembre.
Un nuevo desarrollo con grandes demandas de infraestructura en la populosa ciudad podría enfrentar una dura oposición.
El aspirante para sustituir a Peña Nieto en las elecciones de julio, el exalcalde de Ciudad de México Andrés Manuel López Obrador, se ha comprometido a priorizar el acceso al agua potable, el medio ambiente y la reconstrucción de las zonas afectadas por un reciente terremoto.
El izquierdista podría no ser receptivo a un nuevo desarrollo inmobiliario masivo y ya ha criticado un proyecto para un multimillonario nuevo aeropuerto capitalino.
Si se concede permiso para un desarrollo de alto nivel, los inversionistas institucionales extranjeros, como fondos de pensiones estadounidenses y fondos de capital soberanos, podrían aprovechar e invertir en uno de los principales mercados de América Latina, dijeron expertos locales en bienes raíces.
Los datos actuales de zonificación de la Secretaría de Desarrollo Urbano de la ciudad muestran que un desarrollador podría construir alrededor de 25.100 unidades de vivienda.
Casas en el área se venden a un precio mediano de 24.000 pesos (US$1.273) por metro cuadrado, por lo que expertos en bienes raíces calculan que el sitio podría reunir hasta US$1.000 millones en una subasta. La operación podría convertirla en la venta de terreno más costosa jamás realizada en México y en una de las más grandes de América Latina.
Los terrenos vacíos son difíciles de encontrar en la abarrotada zona urbana de la capital. Para ubicar espacios para proyectos grandes, los desarrolladores a menudo van de puerta en puerta buscando comprar edificios de propietarios de larga data que con frecuencia son reacios a vender.
Mientras tanto, la aparición en 2011 de fondos de inversión inmobiliaria conocidos como FIBRA hizo que el mercado de compradores fuera más competitivo al proporcionar un flujo constante de capital, particularmente con el respaldo de los fondos de pensiones mexicanos.
Como resultado, el valor de la tierra en las áreas de alta gama de Ciudad de México ha aumentado entre 50 y 75 por ciento en los últimos cinco años, según la firma Cushman & Wakefield.
Pero lo que atrae a los inversionistas podría provocar un debate entre residentes y los funcionarios, como ocurre en torno al destino del terreno que hoy ocupa el aeropuerto internacional en el oriente de la Ciudad de México, que está programado para ser desarrollado cuando se complete la nueva terminal aérea.
La base militar es más pequeña que el aeropuerto, pero también podría generar controversia sobre las preocupaciones ambientales y los intereses políticos.
"La ciudad es tan densa que cada vez que tienes un gran bloque de espacio disponible, es algo grande", dijo Lyman Daniels, presidente de la correduría CBRE en México. "Pero solo y si hay una buena planificación y una buena asociación con el Gobierno y el desarrollador", destacó.