Según detalló el responsable de Movilidad eléctrica del grupo y la marca Volkswagen, Thomas Ulbrich, 100.000 unidades corresponderán a modelos basados en la plataforma MEB. El objetivo que ha fijado Europa es de 95 gramos de CO2 por kilómetro.
El grupo automovilístico alemán Volkswagen necesita vender 150.000 autos eléctricos puros el año que viene para poder evitar el pago de multas en Europa por exceso de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Según detalló en un encuentro con la prensa española el responsable de Movilidad eléctrica del grupo y la marca Volkswagen, Thomas Ulbrich, 100.000 unidades corresponderán a modelos basados en la plataforma MEB. El objetivo que ha fijado Europa es de 95 gramos de CO2 por kilómetro.
Por otro lado, Ulbrich aseguró que la compañía no tiene pensado "de momento" fabricar eléctricos en España, que ha quedado fuera de las primeras ocho localizaciones que han sido adjudicadas con modelos eléctricos.
El consorcio alemán fabricará por ahora eléctricos en cuatro factorías alemanas, una checa, dos chinas y una estadounidense.
En la factoría de Zwickau, con una plantilla de unos 8.000 trabajadores y tras una inversión de 1.200 millones de euros, la multinacional germana producirá, desde 2021, hasta seis modelos basados en la plataforma MEB de las marcas Volkswagen, Audi y Seat. Hoy ha iniciado la fabricación del ID.3, con el que prevé "democratizar" la electromovilidad.
Por otro lado, el directivo de la corporación alemana también destacó la necesidad de que exista una mayor cooperación entre los gobiernos y la industria de automoción, en un contexto de transformación del sector.
También pidió que se impulse el despliegue de la infraestructura de recarga para eléctricos con el fin de hacer que la electromovilidad sea posible y celebró el hecho de que Alemania tenga previsto contar con un millón de postes de recarga públicos para 2030.
Finalmente, el responsable de Movilidad Eléctrica del grupo Volkswagen afirmó que la compañía baraja entrar en el negocio del 'car sharing' en España de la mano de Seat, que en febrero del año pasado se hizo con el 100% de la 'startup' de coche compartido Respiro.