La quinta edición del evento servirá de marco para la presentación de la publicación "Radiografía del Agua: Brecha y Riesgo Hídrico en Chile", en el que se muestran los resultados de un estudio del escenario actual del país, sus zonas críticas e impacto de la escasez.
Santiago. Con el objetivo de abrir el debate de soluciones a los problemas hídricos a nivel local y regional y fomentar la colaboración entre los asistentes, desde este lunes 26 de marzo y hasta el 28, se desarrollará en el GAM la quinta versión de Water Week Latinoamérica 2018 (WWLA) en el contexto del mes del agua.
El evento, organizado por Fundación Chile (FCh), se ha posicionado como una iniciativa regional clave en materia de agua, relevando los temas importantes de tendencia, conociendo casos de éxito y facilitando el intercambio de experiencias y prácticas en torno al uso y gestión del recurso entre la comunidad científica, empresarial, política y cívica.
La subgerente de Sustentabilidad de Fundación Chile, (FCh), Ulrike Broschek, señala que hoy es necesario relevar el sentido de urgencia que demandan los problemas del agua, porque los análisis de tendencia indican que la crisis por escasez hídrica se agudizará en los próximos años.
“Water Week es una buena oportunidad para abordar estos problemas, pero también es un espacio para hablar de soluciones, poniéndonos de acuerdo en cuáles son las mejores prácticas y bajo qué mecanismos concretos las implementaremos de manera de que puedan replicarse a nivel latinoamericano y global”, afirma Broschek.
La nueva edición de WWLA servirá de marco para el lanzamiento del libro “Radiografía del Agua: Brecha y Riesgo Hídrico en Chile”. Se trata de la primera publicación de Escenarios Hídricos 2030 que ofrece una radiografía actual del recurso hídrico en Chile, haciendo un análisis de la brecha hídrica y del riesgo hídrico.
La publicación muestra los resultados de un acabado estudio del escenario actual del país, sus zonas críticas, así como un análisis del impacto de la escasez hídrica en sectores como la agricultura, la energía, la minería y el uso doméstico; y los efectos del exceso de agua en caso de desastres como inundaciones, aluviones y tsunamis, colaborando en la construcción de este verdadero mapa hídrico.