¿Deseas que tu aprendizaje tenga el mayor éxito posible? Estos diez consejos de la neurociencia te ayudarán a dar lo mejor de ti.
Escrito por Nicki Hinz para Babbel Magazine. Muy mayor, poco tiempo, poco talento. Cuando se trata de aprender algo nuevo, solemos llenarnos el camino de obstáculos innecesarios. El mayor de ellos es, sin duda, la creencia errada de que no podemos y de que nunca seremos capaces de alcanzar esos sueños aún no realizados: “no tengo tanto talento como para aprender a tocar el piano”, “nunca lograré hacer un maratón” o “no se me dan bien los idiomas, así que no intentaré aprender noruego”.
Sin embargo, esto no es del todo cierto. Recientes investigaciones en neurociencia han descubierto que una actitud de crecimiento y superación es mucho más importante para el aprendizaje de una nueva habilidad que el así llamado “talento”. Es decir, si dices: “no puedo hacerlo de todos modos”, esto se convierte rápidamente en una profecía cerebral casi autocumplida. Por otro lado, si quieres aceptar nuevos desafíos y te sientes capaz de hacerlo, tendrás mucho más éxito. Y no importa si quieres aprender a aplicar el teorema de Pitágoras, cambiar neumáticos o leer el alfabeto ruso. En principio, cualquiera podría hacerlo.
Ahora bien, todo suena muy lindo en el papel, pero ¿cómo lograrlo realmente? Estos diez consejos te ayudarán a maximizar tu experiencia de aprendizaje:
1. Acorta tus lecciones
¿Aprender durante horas? Por poder, se puede. Pero no es efectivo. La neurociencia ha demostrado que el cerebro logra concentrarse bien durante unos 20 minutos. Por lo tanto, lo mejor es dividir lo que quieres aprender o practicar durante tiempos compactos. Incluso mejor si varías el tipo de actividades. Por ejemplo, repite el vocabulario durante 20 minutos, luego realiza ejercicios para practicar el imperativo durante los próximos 15 minutos y luego mira un capítulo de tu serie inglesa favorita para entrenar tus habilidades auditivas.
Importante: toma descansos cortos para respirar profundo, estirar las piernas o beber agua.
2. Toma apuntes (¡y haz dibujitos!)
Tomar notas ayuda a la función de memoria del cerebro y agudiza su enfoque. Los estudios han demostrado que hacer dibujos es un excelente apoyo para los procesos de aprendizaje, porque piensas en lo que has aprendido desde otra perspectiva y también lo visualizas. Entonces, ¿por qué no pintar una visita al banco y escribir un pequeño diálogo que la describa?
3. Pregúntate cosas
Pensar en aprender es tan importante como aprender. ¿Te está funcionando tu método? ¿Qué no está yendo tan bien? ¿Cómo puedes mejorar tu proceso de aprendizaje? ¿Qué métodos alternativos podrías probar? Por supuesto, esto también incluye establecer metas (realistas) y verificar constantemente tus progresos.
4. Aprende con amigos
Aprender con otros no solo es divertido, sino que también se prolonga un poco más que si lo haces por tu cuenta. Aprende con amigos, colegas o compañeros de estudio. Ya sea haciendo tándem a la hora del almuerzo o con una tarde de pelis o series en ese idioma en tu casa… Lo ideal es no solo aprender unos con otros, sino también unos de otros.
5. Toma un descanso
Siempre que aprendemos algo nuevo tenemos ese momento (a veces tardío) donde decimos: “¡Aahhh, vale! Ahora entiendo”. ¿Y sabes qué es lo más curioso? La mayoría de esas “iluminaciones cognitivas” pasan cuando hacemos pausas, es decir, cuando le damos la oportunidad a nuestra memoria de procesar lo que se ha aprendido. ¿O no te ha pasado que las mejores ideas siempre surgen cuando estás en un lugar supertranquilo y sin presiones?
6. Crea conexiones en tu mente
Aunque no parezca, todo tiene un orden y las asociaciones siempre ayudan al cerebro a afianzar conceptos. Los juegos de palabras, los acrónimos y las reglas mnemotécnicas te ayudarán a relacionar de manera efectiva lo que has aprendido a conocimientos ya existentes.
7. Aprende con música
La música se conecta en red con casi todas las regiones del cerebro y, por lo tanto, puede ser un gran instrumento de aprendizaje. Intenta combinar tus lecciones con las canciones de tu artista favorito en ese idioma, aprende las negaciones en francés con las canciones de Edith Piaf o escucha música clásica mientras tratas de resolver problemas matemáticos.
8. Reconoce tus logros con pequeñas recompensas
Llevas mucho sin hacer ejercicio, pero ¿cómo te levantas del sofá, te pones las zapatillas de correr y sales por esa puerta? Pavlov logró comprobar que las recompensas motivan. Reconocer tus logros y premiarte por ellos no solo te motivará a aprender, sino también a seguir adelante y convertirlo en un hábito. Cuando hablo de recompensas no me refiero a chocolates o a un viaje a la playa. Las pequeñas cosas en la vida funcionan igual de bien: un paseo con amigos después de aprender, unos minutos de sol, un té de menta fresca en el balcón o el último episodio de tu serie preferida.
9. Conviértelo en un hábito
La forma más fácil de aprender es convirtiéndolo en un hábito. Esto funciona mejor con la implementación del sistema:
acción –> rutina –> recompensa.
Para cada nueva actividad, trata de crear una rutina y cuando lo logres, te das una pequeña recompensa y continúas así. En términos prácticos, cada vez que te subas al bus para ir al trabajo (acción), repite las últimas 12 palabras que aprendiste en el nuevo idioma (rutina), y cuando llegues a la oficina podrás comerte un pastelito extra con el café de la mañana (recompensa). A los 21 días de hacerlo, ya será parte de tu rutina.
10. Ve a dormir
Ah, y una última cosa: ¡vete a dormir! ¿Alguna vez te has preguntado por qué no puedes coger el acorde de piano o por qué no ves el error en la ecuación? Pero al día siguiente lo miras y encuentras la solución en cuestión de segundos. Es probablemente debido a un merecido descanso y sueño profundo. El sueño no solo es responsable de los procesos de curación en el cuerpo, sino que también afianza en tu cerebro lo que estás aprendiendo.
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