Bloque UMP sufrió vasta derrota, ganando no más de tres de las 26 regiones de Francia y obteniendo sólo 35,4% de la votación, comparado con el 54,1% de los socialistas y sus aliados.
París. El primerministro francés, Francois Fillon, se reunirá este lunes con elpresidente Nicolas Sarkozy para discutir las consecuencias de la duraderrota del gobernante partido UMP, de centro derecha, en las eleccionesregionales durante el fin de semana.
Fillon dijo el domingo queaceptaba su parte de culpa por una de las peores derrotas para lacentro derecha en décadas, mediante la cual los votantes castigaron al gobierno por la economía débil, el desempleo creciente y unapresentación política a menudo incoherente.
Aunque no se prevé que Fillonofrezca su renuncia, algunos ministros lucen encaminados a perder sustrabajos en lo que un funcionario de alto rango predijo sería "unareorganización técnica".
El bloque UMP sufrió una vastaderrota el domingo, ganando no más de tres de las 26 regiones deFrancia y obteniendo sólo 35,4% de la votación comparadocon el 54,1% de los socialistas y sus aliados, de acuerdo aresultados preliminares.
El ultraderechista FrenteNacional registró un 9,4 por ciento de la votación nacional pero obtuvomás del 22 por ciento en sus dos regiones principales en el norte y elsur, enfatizando la escala de la derrota de la centro derecha.
Fillon dijo el domingo que elGobierno seguirá presionando por reformas que incluyen una revisión delsistema de pensiones, y que tendrán a los empleos y el crecimientoeconómico como "prioridad absoluta".
Pero la presión por un cambio de curso ha estado creciendo.
"La derrota de la derecha enlas elecciones regionales marcará un punto de inflexión en lapresidencia de Nicolas Sarkozy", dijo el diario conservador Le Figaroen una editorial en su primera página.
Una tasa de desempleo quesupera el 10 por ciento, un incierto pronóstico económico y lainquietud sobre temas como la seguridad y la inmigración golpearon confuerza a la centro derecha. Los ocho ministros de Sarkozy queparticiparon en la elección perdieron.
La votación regional fue laúltima prueba electoral antes de las elecciones presidenciales del 2012y los socialistas buscaban un impulso que ayudara a la líder delpartido, Martine Aubry, a superar las divisiones crónicas que hanafectado en el pasado a la izquierda.
A dos años de concluir elperíodo de Sarkozy, funcionarios socialistas evitaron expresionesabiertas de triunfo, pero Aubry, cuya posición a la cabeza del partidose ha fortalecido, dijo que el Gobierno debe hacer caso al mensaje delos votantes.
"Escuchar lo que el pueblo francés tiene que decir significa un profundo cambio en políticas", declaró Aubry.