Hay estudios que dicen que debemos gastar en experiencias, y no en cosas, debido a que la variedad de las experiencias nos protege contra la adaptación hedónica.
Hace tiempo leí un artículo sobre Gerald Foos, un voyerista que compró un motel y lo remodeló para poder observar a sus huéspedes teniendo sexo. Y lo hizo durante décadas sin ser descubierto.
En esos años escribió sus observaciones y entre ellas resaltó la siguiente: “La mayoría de los vacacionistas pasan el tiempo miserablemente. Pelean por dinero, qué lugares visitar. Todas sus agresiones se incrementan y las ansiedades afloran. Las vacaciones despiertan lo peor de sus emociones”.
Nadie cuestiona que un viaje de placer sea una buena inversión de dinero. Hay estudios que dicen que debemos gastar en experiencias, y no en cosas, debido a que la variedad de las experiencias nos protege contra la adaptación hedónica.
A pesar de ello, creo que viajar sólo es una buena inversión si se hace de manera correcta.
Alain de Botton, en su libro The Art of Travel afirma que la industria turística nos sugiere adónde ir pero no nos da claves sobre cómo y por qué viajar. Para él, un turista no es alguien lejos de casa, sino una persona con la actitud correcta.
El viajero siente curiosidad, está alerta y consciente de sus alrededores, percibe la naturaleza y lo sublime; es decir, vive en el presente. Pero esto podemos hacerlo en nuestra propia ciudad, con un poco de práctica.
Hace años uno de mis alumnos me avisó que faltaría un par de semanas pues se iría de viaje a Europa. Imaginé con envidia todos los lugares que visitaría y la comida que probaría. Cuando el alumno regresó y me mostró sus fotos, me quedó claro que no compartía mi idea de un viaje provechoso.
¡Todas las imágenes tenían, en primer plano, traseros de chicas europeas caminando por la calle! Visitó el museo Louvre pero se aburrió, comió quesos, probó vinos, pero no le gustaron.
Para evitarte gastos estratosféricos que redunden en viajes decepcionantes, te presento los siete pasos para dominar el arte de viajar:
Paso 1. Ten objetivos claros
Hay muchas razones para viajar: relajación, aventura, trabajo, realización personal, conocimiento.
Planea tu viaje tomando en cuenta tus motivaciones. Mi alumno quería ver chicas guapas extranjeras, y podría haberlo conseguido por mucho menos dinero, tiempo y esfuerzo.
Pero primero tienes que confesarte a ti mismo cuál es tu verdadero objetivo. Es importante también definir si quieres ser viajero o vacacionista [artículo]. El vacacionista quiere descansar, relajarse y consentirse. Ser viajero es trabajo duro: actuar como si fueras local y salir de tu zona de confort constantemente. Cada tipo de viaje tiene sus propias recompensas, ¿cuáles te interesan a ti?
Paso 2. Viaja a menudo
Normalmente, un viaje tiene excelentes efectos en la salud, pero sin importar qué tan largo haya sido, dichos efectos se perderán en menos de dos semanas [estudio]; después de ese tiempo estarás igual de cansado en la oficina, y no verás cambios a largo plazo en tu humor o bienestar. Por lo tanto, si el objetivo de tu viaje es descansar y “resetearte”, los expertos recomiendan realizar varios viajes cortos en el año.
Paso 3. Aprovecha las incomodidades
Los viajes son la oportunidad perfecta para someterte a incomodidades: el frío, el calor, la enfermedad, el cansancio, el aislamiento. Como expliqué en este artículo, abstenerte voluntariamente de la comodidad puede ayudarte a crecer y ser más feliz.
No te prives de este beneficio, ni arruines tu economía gastando en hoteles y transporte lujosos. El mundo del viajero está lleno de maravillas, pero es necesario encontrarlas: están tanto fuera como dentro de ti.
Paso 4. Conoce gente
Dicen que los viajes ensanchan tus horizontes, pero no siempre. Si sólo tomas fotos de traseros dudo que regreses con una mentalidad más amplia.
Si aprovechas la oportunidad de conocer personas de otras culturas, niveles socioeconómicos o costumbres; los beneficios no se harán esperar.
Tratar con personas diferentes es interesante y divertido, pero además nos hace más tolerantes y nos vacuna contra la xenofobia, el racismo y el esnobismo. Hoy en día es más fácil que nunca conocer gente nueva durante un viaje gracias a sitios web como estos.
Paso 5. Prepara tu imaginación
Prepararte para un viaje te hace más feliz que el viaje en sí [estudio]. Pero esa deliciosa anticipación de los placeres que encontrarás durante las vacaciones debe cultivarse activamente.
Sumergirte en la cultura a través del cine, literatura o música, investigar los sitios que visitarás, aprender la historia o idioma del lugar, platicar sobre tus planes de viaje con amigos; haz todo lo que te ayude a soñar y dejar volar tu imaginación.
Un beneficio adicional es que desarrollarás habilidades para disfrutar la cultura durante tu viaje: si mi alumno hubiera hojeado algunos libros de arte, seguramente habría disfrutado más esa visita al Louvre.
Fantasear con las vacaciones tiene el peligro de desarrollar expectativas irreales, pero puedes reducir el riesgo recordando tener una actitud flexible y positiva durante la travesía. De todas formas, si tu viaje resulta un fracaso, nadie podrá arrebatarte todo el placer que sentiste antes de realizarlo.
Paso 6. Realiza un viaje sin preocupaciones
Hay muchas cosas que pueden arruinar un viaje, pero quedarte sin dinero es quizás una de las principales fuentes de estrés, ¡y está totalmente bajo tu control!
Como vimos, no es necesario ir muy lejos ni hacer un viaje largo para obtener todos los beneficios de viajar.
Salir de la rutina y lanzarse a la aventura puede lograrse con poco, a menos que tu objetivo sea despertar envidias y seguir la tendencia actual de sobrevalorar los viajes.
Es mejor darle un tour de tu ciudad a un amigo foráneo que salir cuando no tienes dinero. Cerca de tu casa hay gente diferente, lugares divertidos, aventura, historia, naturaleza y espacios de relajación. Para bajar costos, evita salir en temporada alta y visitar los lugares adonde todo el mundo va.
Paso 7. Ten una vida de la cual no quieres huir
Entre más caótica es mi vida, más siento la necesidad de salir de vacaciones, y menos las disfruto. No es casualidad que la industria turística se fortalece más en estos tiempos en que los niveles de estrés laboral están aumentando en todo el mundo [estudio].
Sin embargo, como viajar está de moda, se ha convertido en una nueva presión: tienes que viajar o eres un perdedor. Vemos los viajes de los demás en las redes sociales y nos da FOMO (miedo a perderse de algo).
Entonces decidimos endeudarnos o quedarnos sin un centavo para salir de vacaciones y postear nuestras aventuras viajeras.
Pero no olvides que deberás llevarte a ti mismo y a tus preocupaciones en el viaje, y sin importar qué tan larga y maravillosa sea la travesía, tendrás que regresar a tu vida. Vacacionar tiene muchos beneficios, pero arreglar tus problemas no es uno de ellos.
Mejor construye una vida de la cual no quieras escapar, y evita sobreestimar lo que un viaje hará por ti.