El laboratorio está trabajando en terapias contra el cáncer individualizadas por paciente, pero su valor es inaccesible para muchos en el sistema público.
El cáncer sigue presentando uno de los mayores problemas para los sistemas de salud. Sus tratamientos extensos y costosos necesitan formas de financiamiento para que los pacientes puedan acceder a ellos. En Estados Unidos se estima que el presupuesto per capita para tratar el cáncer es de US$ 460, mientras que en Latinoamérica, la cifra rondaría los US$ 8 en promedio.
“Dentro de los sistemas de salud pública de América Latina, el acceso a medicamentos y tecnologías innovadoras es restringido, mientras que los pacientes con seguro privado (o fondos privados) tienen acceso a nuevas terapias más costosas”, explica Ameet Malik, director de Latinoamerica de Novartis Oncology.
En la última décadas se ha avanzado por el camino de lo que en Novaertis llaman Precision Oncology: Un enfoque que implica la identificación de la composición genética del cáncer de los pacientes; la detección de pacientes para identificar las mutaciones o biomarcadores asociados a vía específicas; y el tratamiento de los pacientes con terapias dirigidas, que buscan inhibir la vía de mutación para evitar que la enfermedad siga creciendo y causando síntomas.
Malik explica que esta es una de las desventajas de la falta de presupuesto: “La baja inversión se traduce en un acceso limitado de los pacientes a las pruebas de diagnóstico necesarios para determinar sus posibilidades de beneficiarse de estas terapias innovadoras”. Agrega que la limitada inversión en el cuidado del cáncer conduce al acceso de los pacientes a cualquiera de las medicinas más antiguas que no son tan personalizados como las terapias dirigidas, o lo que es peor: los medicamentos de baja calidad que podrían tener un efecto muy negativo en el cuidado de la salud de la población.
Carlos Martín, OGM de Novartis Oncology en Chile, explica que en el caso de este país, la compañía facilita el tratamiento para más de 200 pacientes con cáncer a través de programas privados.
-¿Novartis ha propuesto o propondrá algún plan de acción a los gobiernos latinos?
"En términos más generales, estamos tratando de colaborar con los contribuyentes a través de modelos en los que los riesgos financieros se pueden compartir, con base en los resultados económicos o clínicos, o en el que podemos ofrecer servicios de valor añadido para la cobertura de nuestros tratamientos, con el fin de facilitar y ampliar el reembolso de los innovadores productos que cubren una necesidad médica insatisfecha en enfermedades complejas que afectan a los sub-grupos de pacientes".
Además de la falta de presupuesto, en la compañía ven otros problemas en la región: el uso de medicamentos genéricos de calidad dudosa, la falta de más acceso a los exámenes de diagnóstico y la necesidad de acortar los procesos de validación de las nuevas tecnologías. En América Latina validar un nuevo medicamento o un dispositivo puede tomar 14 meses, mientras que en Europa 227 días y entre 6 y 10 meses en Estados Unidos.