Pasar al contenido principal

ES / EN

Nueva temporada húmeda en Argentina favorecería cosecha, pero siguen riesgos de inundaciones
Martes, Mayo 2, 2017 - 15:28

El Gobierno ha estimado que en la temporada pasada las inundaciones arruinaron 750.000 hectáreas de soja y 250.000 hectáreas de maíz.

Buenos Aires.- La campaña agrícola 2017/18 que comienza en Argentina estará marcada por altos niveles de humedad, lo que favorecerá la siembra de trigo, maíz y soja, pero también podría causar excesos de agua como los que generaron pérdidas en campos bajos este año, dijeron el martes expertos meteorológicos.

El país sudamericano -uno de los mayores exportadores de granos y derivados del mundo- viene de una temporada en la que inundaciones en parte del área agrícola generaron temores sobre la producción y causaron pérdidas de cultivos, aunque finalmente las cosechas de soja y maíz culminarían con amplios volúmenes.

"No parece que vaya a haber un fenómeno Niño destructivo. Lo que sí parece que va a ser otro año húmedo, con riesgo de tormentas", dijo a Reuters Eduardo Sierra, asesor climático de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

El Gobierno ha estimado que en la temporada pasada las inundaciones arruinaron 750.000 hectáreas de soja y 250.000 hectáreas de maíz. Según datos oficiales, el área sembrada con la oleaginosa fue de 19,42 millones de hectáreas y la del cereal totalizó 5,8 millones de hectáreas.

Actualmente, el país vive un respiro de las abundantes lluvias que se registraron en la primera parte del año, lo que permitiría finalizar este mes la retrasada cosecha de soja y comenzar en condiciones óptimas la siembra de trigo 17/18, cuya área crecería un 7,3 %.

"La siembra de trigo va a arrancar sin ningún problema y te diría que (los campos) tienen agua para todo el invierno", dijo Germán Heinzenknecht, meteorólogo de la Consultora de Climatología Aplicada (CCA).

Gran parte del corazón agrícola de Argentina ha recibido lluvias superiores a las habituales en los últimos dos años, por lo que algunas de esas zonas -que aún tienen remanentes de agua acumulados en los suelos- serían vulnerables a anegamientos ante nuevos incrementos de las precipitaciones.

Entre mayo y julio, hay una alta probabilidad de que las lluvias se ubiquen por encima de los niveles normales, señaló Natalia Gattinoni, especialista del área de agrometeorología del estatal Instituto Clima y Agua.

Pero como la siembra de soja y de maíz, los dos principales cultivos del país, empieza en la primavera austral, la mayoría de los campos deberían tener tiempo suficiente para escurrir los excesos de agua que arrastren.

Nuevamente, los campos bajos de Córdoba, Santa Fe y el noroeste de Buenos Aires serán los que sufran problemas.

"Es bastante probable que en la primavera, cuando vuelva a llover, muchos de estos campos vuelvan a estar aislados y se vuelva a dificultar entrar para plantar los cultivos", dijo Sierra. "Eso no afecta significativamente los volúmenes, pero le atrasa y le incrementa los costos al productor", agregó.

Autores

Reuters