De acuerdo con un trabajo de científicos, el gen Crebbp está implicado en el origen de ambas enfermedades. Su pérdida o su mutación es clave para el desarrollo de una u otra patología, un descubrimiento que abre la puerta al desarrollo de nuevos fármacos.
SINC. Científicos del Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca y del University of Nebraska Medical Center de Estados Unidos han publicado un artículo en la revista Blood que ayuda a comprender el origen del linfoma folicular y del linfoma difuso de células B grandes. En concreto, los expertos han demostrado que la inactivación del gen Crebbp afecta al desarrollo de células B y, además, coopera con la proteína BCL2, sobreexpresada en el desarrollo de linfoma.
El grupo, dirigido por el investigador del CIC Isidro Sánchez, definió pormenorizadamente en 2015 el patrón genético del linfoma folicular y su evolución. En aquel trabajo, los científicos lograron identificar genes mutados en el 96 % de los tumores de linfoma folicular, donde se mostró un papel destacado del gen Crebbp.
Cuando una mutación concreta se detecta en casi la totalidad de los casos, la comunidad científica intenta demostrar si dicha alteración es relevante e incluso si puede ser la causa de la enfermedad estudiada.
En esta ocasión, el gen Crebbp ha permitido explicar el mecanismo de evolución del linfoma folicular y promete ser una buena diana molecular para el desarrollo de fármacos.
Nuevos fármacos inhibitorios
En concreto, los expertos han demostrado que cuando el gen Crebbp sufre una deleción, es decir, cuando se produce pérdida, se genera linfoma difuso de células B grandes.
En cambio, cuando Crebbp está mutado, es decir, cuando se altera la secuencia, se genera linfoma folicular. En definitiva, dependiendo de este fallo acaba apareciendo una u otra enfermedad.
El trabajo se ha desarrollado en modelos animales de ratón y también ha demostrado que la pérdida de las firmas de Crebbp transcripcional y epigenética implica al gen Myc en la etiología de la enfermedad, así que este avance abre la puerta a desarrollar nuevos fármacos que inhiban a Myc.