Aparato diseñado para prevenir los eventos de apnea atravesó pruebas clínicas y demostró una capacidad para estabilizar la respiración y reducir los obstáculos en la oxigenación sanguínea de bebés prematuros.
Científicos, ingenieros y doctores de la Universidad de Harvard e instituciones colaboradores, como la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts (UMMS) y el Centro Médico Beth Israel Deaconess (BIDMC), expusieron una prueba clínica que muestra la efectividad de un nuevo aparato de cuidados intensivos diseñado para recién nacidos.
El dispositivo busca reducir los eventos de apnea -pausas prolongadas en la respiración- y mejorar los parámetros clínicos en los infante prematuros y sus características fueron publicadas en la revista científica Pediatrics.
"La apnea y sus riesgos asociados son un desafío mayúsculo para las unidades de cuidados intensivos para recien nacios hoy y pueden derivar en estadías prolongadas y caras en el hospital", explicó el profesor de la UMMS y jefe científico del programa, David Paydarfar. "Esto nos llevó a desarrollar una solución no invasiva y no farmacológica que pueda lidiar con la respiración de estos infantes", agregó.
A diferencia de otros aparatos, que se enfocan en soluciones para el momento en que el bebé deja de respirar, el desarrollado por en Harvard busca prevenir que la apnea ocurra. Para ello, la máquina utiliza estimulación vibratoria que busca incrementar la sensibilidad del cuerpo del paciente, estabilizando su respiración y mejorando la oxigenación sanguínea sin despertar al infante.
El ingeniero de la U. de Harvard, John Osborne, quien ayudó a desarrollar la unidad en cuestión, manifestó que "nuestro equipo desarrolló un sistema para entregar el mismo nivel de vibración terapéutica que resultó efectiva en estudios previos".
Las pruebas llevadas a cabo en el BIDMC, en una cohorte de 36 infantes prematuros que habían tenido al menos un episodio de apnea, entregan evidencia clínica de la eficiencia del método para estabilizar la respiración.
"Probamos los efectos de las vibraciones en los bebés, comparando los 30 minutos en que estaban encendidas con los 30 minutos en que estaban apagadas", explicó el profesor asistente de la Escuela de Medicina de Harvard y director asociado en el BIDMC, Vincent C. Smith. "Vimos una reducción en la incidencia de la apnea en un 50%".
Los expertos apuntan a que los hallazgos de la prueba clínica permitan continuar con el camino de esta tecnología hacia su masificación.