En base a este descubrimiento, se podría desarrollar un sensor que permita identificar muy temprano el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México, hallaron biomarcadores moleculares para el pronóstico y diagnóstico temprano de lesiones premalignas que puedan evolucionar a cáncer prostático, enfermedad que afecta a uno de cada nueve hombres, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En un comunicado, difundido por el IPN, Sandra Viridiana Salgado Hernández, investigadora del programa Biomedicina Molecular, señaló que la finalidad del estudio fue analizar e identificar biomarcadores en Hiperplasia Prostática Beningna (HPB) en lesiones inflamatorias y su correlación con el Virus del Papiloma Humano (VPH).
"La infección del VPH es un factor que pudiera ser detonante de una posible relación para el inicio y evolución del carcinoma prostático y de lesiones hiperproliferativas", señaló.
La especialista reveló que un conjunto de microRNAs o Mirnas, que son moléculas de ácido ribonucleico (RNA), pudiera desempeñar un papel central en el proceso inflamatorio de la glándula y en el proceso de génesis del cáncer.
"Es muy probable que las microRNAS pudieran estar siendo moduladas por la infección viral detonando el proceso inflamatorio. Este hallazgo ayudaría a establecer biomarcadores en el mediano plazo de pronóstico para disminuir el número de muertes por el carcinoma prostático", subrayó Salgado Hernández.
Salgado Hernádez enfatizó que este conocimiento es algo muy innovador, ya que se podría desarrollar un sensor que permita identificar muy temprano el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
El trabajo se hizo con muestras del tejido prostático, pero las microRNAS se pueden detectar en ciertos fluidos como sangre, orina o semen, lo cual resulta más factible porque no es invasivo, de fácil acceso y estable.
Lo anterior daría un mejor panorama de cómo se comportan estas Mimas y permitiría validar su uso como posibles biomarcadores moleculares de pronóstico.
Este proyecto se desarrolló en el Laboratorio de Biomedicina Molecular I, de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía del IPN, con la colaboración de los doctores David Guillermo Pérez Ishiwara y con la codirección de Virginia Sánchez Monroy.