Expresidente y su mujer agradecieron a los artistas Kehinde Wiley y Amy Sherald por los cuadros, que se sumarán a la colección de la Galería Nacional de Estados Unidos.

El expresidente estadounidense Barack Obama bromeó sobre sus orejas y sus canas y elogió el “atractivo” de su esposa Michelle en la ceremonia oficial de presentación de dos retratos de la pareja en una galería nacional de Washington.

Barack y Michelle Obama agradecieron a los artistas Kehinde Wiley y Amy Sherald por los cuadros, que se sumarán a la colección de la Galería Nacional de Retratos, administrada por el Instituto Smithsonian.

Wiley y Sherald fueron los primeros artistas afroamericanos convocados por Smithsonian para retratar a un presidente o una primera dama.

En el cuadro pintado por Wiley, Obama está sentado en una silla marrón sobre un fondo de hojas verdes y coloridas flores. El retrato de Michelle Obama la muestra sentada con una mano bajo su mentón y la otra sobre su regazo, luciendo un vestido largo suelto decorado con figuras geométricas.

Barack Obama, que fue el primer presidente afroamericano de Estados Unidos, agradeció especialmente a Sherald por la pintura de su esposa: “Quiero agradecerle por tan espectacular captura de la elegancia, belleza, inteligencia, carisma y atractivo de la mujer que amo”, dijo Obama.

El carismático exmandatario bromeó sobre el trabajo de Wiley, a cargo de su retrato, al indicar que corrió en desventaja por tener que pintar a alguien “menos atractivo”.

“Intenté negociar menos canas pero la integridad artística de Kehinde no le permitió cumplir con mi pedido”, dijo Obama. “Intenté negociar orejas más pequeñas y me topé con lo mismo”, agregó.

Michelle Obama dijo que espera que su retrato tenga impacto en las jóvenes de color en los próximos años: “Verán la imagen de alguien igual que ellas colgando de la pared de esta gran institución estadounidense”, dijo la ex primera dama. “Sé el tipo de impacto que tendrá en sus vidas, porque yo fui una de esas niñas”, agregó.

La tradición de la Galería Nacional de encargar retratos presidenciales comenzó con George H.W. Bush. Otros cuadros fueron obtenidos como regalos, comprados en subastas o por otros medios.