Ni siquiera las amenazas de Donald Trump de recortar ayudas económicas frenaron el amplio rechazo que genera el reconocimiento de Jerusalén como la capital israelita.
Con 128 votos a favor, 9 rechazos y 35 abstenciones, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó este jueves (21.12.2017) una resolución de condena en la que se pide a Estados Unidos que retire su decisión de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y que se abstenga de trasladar su embajada a la ciudad. Si bien la resolución no es vinculante, supone un duro golpe para la diplomacia estadounidense.
En la resolución, de dos páginas y de carácter más bien simbólico, la ONU lamenta "profundamente" "las últimas decisiones con respecto al estatus de Jerusalén", sin mencionar a Donald Trump, que tomó la determinación, o a Estados Unidos. Además, señala que el estatus de la ciudad debe ser negociado de acuerdo con las resoluciones de la ONU. En la Asamblea General ningún país tiene derecho a veto.
La votación se produjo en medio de repetidas amenazas por parte de Estados Unidos a los países que votaran en contra. Finalmente, solo Guatemala, Honduras, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Palau y Togo se alinearon con Estados Unidos e Israel, aunque las presiones estadounidenses se tradujeron en un número de abstenciones mayor del habitual en este tipo de resoluciones. Entre otros, se abstuvieron Argentina, Australia, Canadá, Colombia, Hungría, México, Panamá, Paraguay y Polonia.
"Exigir por las inversiones”. "Este día será recordado", había advertido poco antes de la votación la embajadora estadounidense, Nikki Haley, dejando claro que EE.UU. no olvidará el voto cuando los países le pidan ayuda o cuando se le reclame que siga siendo el principal apoyo económico de Naciones Unidas. "Tenemos la obligación de exigir más por nuestras inversiones", agregó. El pasado lunes, Washington había vetado en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución similar, apoyada por los otros 14 Estados miembros de ese órgano.
El ministro de Exteriores turco, Mevlüt Cavusoglu, se refirió a la amenaza de Trump como "acoso". "No nos dejaremos amedrentar. Puede que sean fuertes, pero eso no les da ningún derecho", declaró. En tanto, el ministro de Exteriores palestino, Riyad al Maliki, dijo que el debate no tiene lugar "por una hostilidad hacia Estados Unidos", sino como reacción a la "agresión" de la decisión de Trump.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se refirió a la ONU como "casa de mentiras" y explicó que su país "rechaza absolutamente" la votación, calificando la resolución de "ridícula”. Jerusalén es la capital de Israel, "tanto si lo reconocen las Naciones Unidas como si no".