Mientras algunos afirman que un lugar de trabajo ordenado permite lograr objetivos, otros dicen que uno desordenado puede incrementar la creatividad.
¿Quién no se ha enfrentado a un escritorio desordenado? Para algunas personas es necesario tener la menor cantidad de artículos en su mesa, de forma de no generar distracción al momento de trabajar. Sin embargo, otros asumen con mayor naturalidad el desorden y pueden hacerse cargo de sus labores sin problemas.
Mari Kondo, consultora y autora del libro “La magia del orden”, entrega algunas pautas para dejar de lado el desorden y abrazar la organización. Si bien ella no se enfoca únicamente en el espacio de trabajo, sus consejos pueden ser aplicados en diferentes escenarios incluido el laboral. La autora japonesa aconseja dejar a mano los artículos de uso frecuente, conservar la mesa de trabajo siempre limpia, no acumular pilas de papel y desechar lo que no se usa.
En esta misma línea, Alejandro Bravo, CEO de Área 51, explica que “si bien cada persona trabaja según sus propios parámetros de orden, hay ciertos consejos que reflejan actitudes que afectan la efectividad y concentración. Tener un espacio de trabajo limpio denota un entorno consistente, la pulcritud muestra que existe priorización de actividades y un escritorio simple denota foco y metodología”.
A quienes se les dificulta ordenar su espacio de trabajo, deben considerar que en este lugar es donde generalmente se piensa, escribe y reflexiona, por lo que ante todo tienen que garantizar que se logren estos objetivos.
“Si estas acciones no se desarrollan en su conjunto y sólo te quedas en un solo proceso significa que no avanzas en tus ideas”, dice Bravo.
A esto se suma que actualmente los escritorios como se conocen están evolucionando, y se está dando paso a espacios colaborativos donde los límites no están tan claros. En consideración de esto, es habitual tener que reunirse con otros colegas. Y, de acuerdo con Bravo, “al igual que una invitación a una casa desordenada y caótica puede resultar en una mala experiencia, el escritorio debe estar preparado para trabajar, colaborar y dar una señal de encuentro”.
Si tu escritorio es un caso podrías implementar algunas estrategias y así mantenerlo en orden. Bravo recomienda incorporar tecnología y colaboración. Por el lado tecnológico dice que “cada vez los artefactos están más unidos y complementarios y avanzan hacia la Internet en las cosas”. En el caso de la colaboración, explica que “esto hace que el grupo de trabajo comparta protocolos de orden y método que ayudan”.
A esto se suma la felicidad, que se logra encontrando tu lugar físico y emocional en el trabajo.
Caóticos vs ordenados
Sin embargo, el objetivo es encontrar el equilibrio, pues el orden del escritorio de trabajo también dice algo sobre la personalidad de la persona. Hay quienes suelen ser más perfeccionistas y se encargan que su lugar esté excesivamente ordenado. Esto puede mostrar a una persona es rígida y poco espontánea. En el otro extremo, quienes tienen un escritorio muy desordenado pueden ser poco constantes e inconsistentes en la realización de objetivos.
Pese a esta mala fama, los espacios desordenados también pueden ser positivos. Una investigación realizada por Kathlee Vohs, Joseph Redden y Ryan Rahin, de la Universidad de Minnesota, reveló que el desorden en los espacios de trabajo puede contribuir a la creatividad. Esto, porque este tipo de lugares anima a explorar y a buscar la novedad.
En el libro "El poder del desorden" el economista Tim Harford se encarga de defender lo que a sus ojos no es la respuesta a todos los problemas, pero tiene cierta magia. A veces, un escritorio desordenado o un proceso de trabajo caótico puede contribuir en el desarrollo de carrera. Obviamente no a todos les funciona o no siempre es conveniente, pero tampoco es bueno creer que una persona con tendencia a tener un espacio de trabajo con estas características está sentenciado al fracaso.
¿De qué lado estás tú?
FOTO: PEXELS.COM