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Ornette Coleman, la principal figura del free jazz, muere a los 85 años
Jueves, Junio 11, 2015 - 13:23

Principalmente saxofonista, pero también trompetista, violinista y compositor, sus innovaciones en la música fueron tan revolucionarias como controvertidas.

En la memoria queda ese enjambre de vientos con el que comienza, de manera intempestiva y sorprendente, el disco fundacional del estilo que el saxofonista estadounidense Ornett Coleman ayudó a consolidar: el free jazz.

Este jueves, a la edad de 85 años, si bien el reconocido músico dijo adiós a la vida terrena, ese sonido que perfeccionó, trabajó y practicó se seguirá oyendo y, en gran parte, recordando su nombre.

"Free Jazz: A Collective Improvisation" es el sexto álbum que registró Coleman, fue grabado en 1960 y presentado al otro año. Es un disco especialmente notable por considerarse unánimemente por la crítica como el disco fundacional del free jazz como estilo consolidado.

Conformado por un doble cuarteto, sonando cada uno de ellos en uno de los canales de estéreo del equipo reproductor, ambas secciones rítmicas tocan simultáneamente y con un improvisación colectiva que abarca la totalidad de la grabación.

Para muchos, se ubica entre los álbumes fundamentales en la historia del jazz. De hecho, fue la base que inspiró trabajos como "Ascension", de John Coltrane, y "Machine Gun", de Peter Brötzmann.

El músico también fue trompetista, violinista y compositor, con innovaciones tan revolucionarias como controvertidas y resistidas por muchos. Entre 1958 y 2014 graba más de cincuenta discos en los que él lidera los proyectos, más una cifra superior en colaboraciones con otros músicos.

Su última incursión fue "New vocabulary" un disco que, a la luz de lo ocurrido, queda como su mejor legado: jugado, honesto, propio, los intrincados recovecos por los que Coleman invita a seguirlo no siempre son transitados con comodidad. Su dejo intimista y crudo, a veces deja un sabor amargo.

Sin embargo, en honor a su título, el disco es -sin duda- la herencia de un espíritu libre que nunca le tuvo miedo a la convenciones. Las respetó, pero también las puso a prueba y las desafió. "El jazz debería expresar más sentimientos de lo que ha hecho hasta ahora", comentaba en sus pocas entrevistas.

La primera vez que vio a alguien tocar el saxofón "no sabía de qué se trataba, le pregunté a mi madre y me respondió que me pusiera a ganar dinero para comprarme uno. Fue entonces cuando fabriqué una caja para lustrar zapatos y trabajé. Hasta que un día mi madre me dijo: 'mira bajo la cama' y ahí había un saxo. Me tomó tres o cuatro años, lo saqué y lo toqué", comentó en un programa de radio.

Un paro cardíaco, según informó su agente, Ken Weinstein, le puso fin al sincopado ritmo de Coleman. Si bien nació y vivió en Texas, murió en Nueva York, donde transcurrió el periodo esencial de su carrera.

 

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