Varias son las preguntas que se hace el documental "Fondo, otra vez la misma receta" del periodista y economista argentino Alejandro Bercovich, quien hace un recorrido por la historia del organismo y viaja a Grecia, Portugal y Estados Unidos para intentar dar respuesta a una serie de interrogantes.
Buenos Aires.- ¿Qué es el FMI? ¿Por qué Argentina volvió a pedir un préstamo al organismo después de que en la década de 1990 sus recetas llevaron a la grave crisis económica y social de 2001? ¿Quiénes se benefician con sus políticas?
Estas son algunas de las preguntas que se hace el documental "Fondo, otra vez la misma receta" del periodista y economista argentino Alejandro Bercovich, quien hace un recorrido por la historia del organismo y viaja a Grecia, Portugal y Estados Unidos para intentar dar respuesta a estos interrogantes.
Argentina, que atraviesa una severa crisis económica, acordó en junio de 2018 un préstamo por US$50.000 millones, pero la coyuntura hizo que en menos de tres meses se esfumara ese respaldo y debiera renegociar con urgencia uno nuevo por hasta US$57.000 millones.
No es la primera vez que un Gobierno del país sudamericano acude al organismo, cuya imagen es nefasta. La historia se repite en décadas.
El apoyo del FMI es clave para la nación a casi dos semanas de las elecciones presidenciales, donde se definirá si es reelecto el presidente neoliberal Mauricio Macri o gana, como predicen las encuestas, el opositor peronista Alberto Fernández, quien sacó una sólida diferencia en las primarias de agosto.
Bercovich, quien conduce un programa de radio y otro de televisión en Argentina y ha cubierto durante unos 10 años las reuniones del FMI, dijo que sintió la necesidad de hacer un documental "urgente y de trinchera" tras el interés que generó un informe sobre Grecia de parte de las nuevas generaciones de argentinos que votarán en los comicios y de quienes necesitaban una actualización de lo ocurrido en la década de 1990.
"Después de eso seguí estudiando las relaciones de Argentina con el Fondo, lancé varios sondeos de opinión para ver qué pensaba la gente del organismo y nos dimos cuenta de que su imagen seguía siendo pésima. Entonces ahí entendimos el esfuerzo que hizo el Fondo Monetario apenas Macri acudió en su ayuda por lavarse la cara y quitarse el lastre de haber sido responsable de la anterior crisis de 2001/2002", dijo Bercovich a Reuters.
Apenas Macri anunció el préstamo, la entonces directora gerente del FMI Christine Lagarde "dijo que iban a establecer salvaguardas para que el nuevo acuerdo no redundara en más pobreza, que se iban a ocupar de cuidar la igualdad de género, que se iban a ocupar del cuidado del medio ambiente. Nada de eso ocurrió en este año y medio en el cual Argentina aplicó un programa que el Fondo en sucesivas oportunidades respaldó".
Bercovich dijo que, desde la firma del acuerdo, Argentina tiene 5 millones más de pobres, una peor distribución del ingreso, más desigualdad de género y un ambiente más degradado, y que eso mismo ocurrió en todos los países donde intervino.
Cambiar la receta y los ingredientes. Con metáforas culinarias, el periodista habla de "receta", "ingredientes", "comensales" y "banquete" mientras cocina un guiso y derriba lo que considera mitos del neoliberalismo, como que "para que crezca la economía hay que achicar el Estado".
En el afiche del filme, que se estrenará el 15 de octubre, aparecen fusionadas fotos en blanco y negro de los rostros de Lagarde, Macri y el presidente estadounidense, Donald Trump.
El periodista de 37 años, que oficia de conductor, entrevista a funcionarios, académicos, jóvenes y jubilados en Grecia y Portugal, y a exfuncionarios argentinos, como Roberto Lavagna, quien fue ministro de Economía durante la última crisis del 2001 y hoy es candidato a presidente.
Apuntando a mostrar todas las voces, en Washington habla con Joseph Stiglitz -premio Nobel de Economía 2001- y exfuncionarios del FMI, como John Lipsky, subdirector entre 2006 y 2011, porque no recibió respuesta del organismo a los pedidos para entrevistar a Lagarde o algún portavoz de la gestión actual.
"Sabía que el FMI era un actor político más que financiero. No creía que fuera a impedirme así el acceso a los funcionarios para entrevistarlos, siendo que lo pedí durante mucho tiempo, soy habitué de sus asambleas y siempre fui muy respetuoso en mis crónicas, si bien crítico. Nunca creí que fuera tan antidemocrático en su administración de información", dijo.
Al final del documental, Bercovich termina de cocinar el guiso pero dice que después de conocer la receta, prefiere no comerlo y acude a un comedor comunitario junto a un amigo, quien le pregunta cómo salimos de esta crisis y él le responde que siempre hay una salida, cambiando la receta y los ingredientes.
"Solamente vamos a poder sacarnos este peso de encima en la medida en que toda la sociedad sea consciente de esto y exija que estas políticas terminen y que se apliquen otras. Para eso es la película, no es inocente, no es un acto de hedonismo artístico. Es un documental de trinchera, hecho en tiempo récord para que se discuta ahora", concluyó.