Dado el descontento de los candidatos y la complicación que enfrentan los reclutadores para hallar talento, ¿será viable está opción?
EL PROBLEMA
Hace tiempo se escucha en varios medios de comunicación, principalmente en LinkedIn, acerca de la disconformidad de los postulantes que no reciben feedbacks respecto de los avances en los procesos de selección.
Dichos comentarios se resumen en:
"No me han llamado, ¿habré pasado a la siguiente etapa?".
"Es mi cuarto proceso de selección en cual no quedo seleccionado. Me siento mal, no sé en qué fallé".
"Pregunté como venía la búsqueda y ni siquiera recordaban mi nombre".
"Le puse todas las ganas a Este proceso, viajé 2 veces y ni siquiera me dieron las gracias por participar".
La lista continúa haciéndose interminable
En los postulantes aparece la frustración y desmotivación, del otro lado del escritorio, muchos reclutadores con dificultades para realizar la devolución correspondiente, gran cantidad de búsquedas pendientes, dificultades a la hora de encontrar ciertos perfiles y otros temas que dificultan su tarea.
EL CUENTO
Hace unos años participaba de un programa de Negociación y Resolución de Conflictos, con el profesor Francisco Ingouville y entre los cuentos que relató, me quedó grabado el siguiente:
La pulseada:
En sus seminarios de negociación, Roger Fisher suele pedirle al público que forme parejas y se tomen de la mano como para jugar una pulseada. El objetivo es, obviamente, llevar la mano del otro hasta que su revés toque la mesa, con lo cual anota un punto. Cada uno tiene que lograr para sí, la mayor cantidad de puntos posibles en un minuto "sin importar cuantos puntos anote el otro".
Es habitual que los más fuertes de cada pareja, logren entre 1 y 8 puntos en un minuto, y a veces, por piedad, le dejan hacer algún punto al contrario.
Los que conocen el juego o quienes tienen la mente suficientemente abierta como para escuchar las instrucciones y aprovecharlas, logran anotar 60 puntos cada uno, ya que mueven sus brazos unidos a toda velocidad como péndulo de reloj, tocando la mesa de un lado y otro, sin que ninguno ofrezca resistencia.
¿Para qué ofrecer resistencia si los puntos del contrario no me importan? En cambio, si colaboro con lo que él quiere, posiblemente esté dispuesto a colaborar con lo que yo necesito...
Debemos entender que hay muchos puntos de colaboración que podemos generar, poniéndonos de acuerdo, sin que exista una pulseada entre ambas partes. No siempre lo anterior se traduce en pelea, sino simplemente en establecimiento de jerarquías.
LA PROPUESTA
Ahora bien, planteado el problema y habiéndonos los distraídos un poco con el cuento, viene la pregunta del millón. ¿Por qué no pensar como los personajes del cuento y establecer una relación de colaboración entre ambos, reclutador y postulante? ¿Por qué no hacer una analogía con el negocio inmobiliario?
En las inmobiliarias, durante las operaciones de venta de un inmueble, el profesional ayuda al comprador y vendedor, a que cada uno cumpla su objetivo, una vez realizada la transacción ambos pagan una comisión al inmobiliario.
La propuesta del "Hiring Responsable", consiste en una contratación en la cual el costo del proceso sea absorbido por ambas partes. Debería entonces, definirse un porcentaje que cada parte tenga que aportar una vez que se efectiviza la contratación.
Hay muchos profesionales quienes están dispuestos a pagar por conseguir un trabajo. Entonces, la propuesta consiste en que una vez cubierta la vacante, la empresa abona el total y descuenta un porcentaje al postulante en su primer mes, o lo hace en 2 o 3 veces, o según el procedimiento que se fije.
Que vamos a lograr con ésta nueva alternativa:
- Desterrar la frustración, desmotivación y enojo de los postulantes, quienes hoy son la parte más débil en la negociación.
- Generar un "negocio", en el que ambas partes tienen fuerza similar, quizá no idéntica.
- Darle más poder a la persona que busca trabajo al tener también una obligación adicional de pagar un determinado monto, una vez conseguido el objetivo.
- Equilibrar la responsabilidad y compromiso del reclutador hacia ambas partes.
- Mejorar la reputación de empresas de colocación de personal y/o empleadoras.
- Hacer un proceso Win-Win.
Para concluir, este planteamiento está en discusión hoy en día, considero que debemos generar más acuerdos, encontrar más puntos en común, preguntar más acerca de los objetivos de cada parte y finalmente acercar a los actores pensando en satisfacer necesidades de cada uno.
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