En esta parte del mapa destacan tres destinos: Aracaju, Joao Pessoa y Maceió. Cada uno cuenta con una impronta definida y diversos atractivos.
El nordeste de Brasil tiene sus encantos, los cuales se centran en paisajes paradisíacos, sol asegurado, cultura y gastronomía de primer nivel, características que convierten a este sector del país en un destino apetecible para vacacionar y conocer.
En esta parte del mapa destacan tres destinos: Aracaju, Joao Pessoa y Maceió. Cada uno cuenta con una impronta definida y diversos atractivos.
Aracaju: surf y vida nocturna
Es la capital del estado de Sergipe y referencia nacional en calidad de vida.
Es conocida por su belleza natural, que contempla playas paradisíacas, ríos y ciénagas, acompañadas de tranquilidad y comodidad.
Cuenta con una red hotelera de gran calidad, bares, restaurantes y diversas opciones de ocio que combinan atractivos naturales con deportes.
Posee un sistema de transporte público integrado, que permite al turista conocer toda la ciudad con un único ticket. Además, cuenta con 50 km de ciclovías, localizadas en su mayor parte en la costa, otorgando una agradable alternativa para conocer la ciudad.
La gastronomía es otro atractivo que hace de Aracaju un destino único. Cangrejos, ostras, camarones y el famoso caldo de “sururu”, son algunos de los manjares que permiten al turista conocer Aracaju por medio del paladar.
Los 35 kilómetros de litoral revelan playas de aguas tibias, ideales para nadar, hacer surf y caminar debido a la arena firme. Las playas de Atalaia, Aruana, Robalo, Náufragos, Refugio y Mosqueiro son las principales de la ciudad y cuentan con bares y restaurantes.
En forma de tortuga, el Oceanário de Aracaju es el primero de la región nordeste y el quinto de Brasil. Los 1.100 m² construidos, albergan 20 acuarios que exhiben la diversidad de la flora y fauna marítima y fluvial de Sergipe. Un tanque de 150 mil litros de agua, reproduce el ambiente del fondo del mar.
El Barrio Industrial, a orillas del río Sergipe, es uno de los nuevos atractivos turísticos. Cuenta con ciclovías, paseos peatonales, parques infantiles, un centro de artesanía, bares y restaurantes de gastronomía típica.
La plaza Olimpo Campos en el corazón de la ciudad, cobija la Catedral Metropolitana y la Galería de Arte Álvaro Santos.
El parque Gobernador Augusto Franco, más conocido como Parque de la Sementera en el barrio Jardines, posee una gran área verde, un bosque ecológico y una Farmacia Viva, que comercializa productos naturales.
Joao Pessoa: el verano permanente
En la capital del estado de Paraiba, Joao Pessoa, el sol reina todo el año. Con precios bajos y poca afluencia de turistas, es el lugar perfecto para escaparse y descansar en sus 30 km de playas de tibias aguas y arena blanca, una de las más famosas es Ponta do Seixas, el primer lugar donde sale el sol, y Cabo Branco con su paredón de 40 metros ofrece una increíble vista.
Quien visita este Estado no puede perderse la oportunidad de conocer uno de los más importantes sitios arqueológicos del mundo, el Parque dos Dinossauros, que reúne a más de 50 tipos diferente de huellas de animales prehistóricos.
En la ciudad, la Fortaleza Santa Catarina, construida en 1589, fue el escenario de grandes batallas entre portugueses, españoles y holandeses, hasta que 100 años después fue reconstruida en piedra y permanece así hasta el día de hoy.
Otro punto de interés es el Jardín Botánico, que ofrece un recorrido por senderos abiertos que permiten conocer la flora de la región.
Como ciudad costera, los productos del mar son los principales que ofrece su gastronomía. Otros platos para degustar son “carne de sol”, acompañada de mandioca, frijoles verdes y manteca de la tierra y “buchada de bode”, que es estómago relleno de menudos condimentados.
A las afueras de la ciudad, se encuentra la Isla Areia Vermelha, a la cual se puede ir por el día y desde ese lugar tomar un catamarán.
La isla ofrece piscinas naturales y blancas playas, otro de sus atractivos es que sólo se forma en periodo de marea baja, que dura cerca de 20 días por mes.
Maceió: exuberante belleza, gastronomía y cultura
Es la capital del estado de Alagoas. Repleto de lagunas y playas, es un lugar que está bendito por la naturaleza, y que invita al turista a dar un paseo por las piscinas naturales.
En la década de los 80, se transformó en el destino preferido de los turistas.
La belleza de Maceió es reconocida tanto por sus habitantes como por los extranjeros que la visitan.
La playa de Ipioca situada a 20 kilómetros del centro, se distingue por sus arenas claras, aguas templadas, de azul intenso y una gran concentración de cocoteros.
Su gastronomía, famosa por los dulces de fruta y frutos del mar, tiene platos típicos como el sururu, molusco de agua dulce, que está presente en todas las mesas de bares y restaurantes de la ciudad.
La gastronomía alagoana es la mezcla de las tradiciones indígenas, de los portugueses colonizadores y de los africanos que llegaron a Brasil como esclavos. Los primeros dejaron la tradición de la tapioca (masa de harina de mandioca) muy apreciada en el desayuno y en las puestas de sol. Para los paladares exigentes destaca el legado gastronómico con sabores del Nordeste de Brasil (minero, baiano, carioca, capixaba), y también de países como Italia, Japón, China, Perú y Francia.
Hay playas urbanas con una belleza paradisíaca y que destacan por brindar deportes acuáticos como el surf, buceo y pesca. Además, poseen una variada oferta de hoteles y restaurantes junto a opciones de servicios y entretenimiento.
Algunas de las playas más importantes son Jacarecica, Guaxuma, Garça Torta, Cruz das Almas, Jatiúca y Ponta Verde.
Destaca también la riqueza de su preservada cultura y el legado de sus museos. En el centro de la ciudad se encuentra el Museo de Arte de la Fundação Pierre Chalita, con un importante acervo de imágenes sacras de los siglos XVI, XVII y XVIII.
El Museo Theo Brandão, en la Avenida da Paz, cuenta la historia de la cultura popular de Alagoas. En tanto, el Instituto Histórico y Geográfico posee un valioso documental sobre la guerra de Paraguay, junto a una de las más completas colecciones afro-brasileñas del país.
El Museo dos Esportes cuenta con periódicos que datan de 1920, cintas de video, grabaciones de audio, fotografías y trofeos, entre otros objetos que guardan la memoria de los deportes del Estado y de Brasil.