El dispositivo , además de ayudar a recuperar corazones con problemas, permitiría monitorizar a los pacientes a distancia, así como agilizar ciertos procesos de suministro de fármacos.
Antonio Sabán, Think Big. Después de los implantes corporales llegan los parches biónicos como sustitutos de tejidos orgánicos de reparación de órganos que hayan sufrido algún daño. Es lo que ha logrado, en la Universidad de Tel Aviv, un equipo que ha creado un parche biónico para el corazón que integra partes electrónicas y orgánicas. El objetivo es poder monitorizar e incluso “atender” a distancia a pacientes con problemas y prevenir males como infartos o arritmias. Dada esa dualidad, podría reducirse enormemente el número de pacientes que necesitan un trasplante.
Cuando se habla de atender es, además de controlar a distancia, lo que los investigadores llaman suministrar estímulos eléctricos al corazón. Esta situación es posible gracias a que estos parches biónicos integran, en su parte electrónica, electrodos con la capacidad de dar cargas que reactiven el corazón. Dejando de lado la parte estimulante, también se integra en el parche la posibilidad de suministrar fármacos al corazón para fortalecer o impedir que el órgano rechace lo que para el cuerpo es un tejido desconocido.
Para la construcción del parche biónico, los científicos principalmente han usado material orgánico, debido a la contracción que experimentan los tejidos del corazón.
A largo plazo, el equipo espera conseguir avances relacionados con la actividad propia del parche en el bienestar de la persona. Por ejemplo, si percibe que hay inflamación, sería pertinente que suministrara un medicamento antiinflamatorio. Si por otra parte tiene poco oxígeno, sería el momento de suministrar moléculas que restablezclan el nivel de los vasos sanguíneos. Como vemos, el campo avanza no sólo a mejorar las soluciones actuales de cara a la recuperación, sino a automatizar ciertos procesos médicos complejos.
De momento, y a falta de pruebas con personas, los investigadores están buscando desarrollar más parches de este tipo dedicados a otras áreas del cuerpo, como el cerebro o la médula espinal, para tratar problemas neurológicos. Recientemente se han desarrollado nanogeneradores biodegradables que no dependen de batería externa, y dado que estos parches necesitan algún tipo de energía, ambos inventos formarían, a buen seguro, una gran combinación.