Entre los pasos clave en esta dinámica se encuentra una actitud positiva frente a la necesidad de usar lentes, de manera que los menores participen del proceso.
Lo habitual es que los niños no quieran sentirse "tan" diferentes entre sus pares. Por ello, es que implique alguna complejidad cuando requieran hacer uso de lentes ópticos.
Sin embargo, se requiere un buen apoyo parental en la toma de la decisión, ya que ver mal también puede implicarle problemas de autoestima en los menores.
Reportes psicológicos señalan que los niños que no ven bien tienden a frustrarse con más facilidad, a tener dificultad para concentrarse, a sentirse menos que sus paresy a generar dolores de cabeza frecuentes, entre varios problemas.
Estudios señalan que uno de cada cuatro niños tiene un problema de la vista no detectado y que puede interferir con su aprendizaje.
Como padre o madre de familia, debes demostrar una actitud positiva ante los lentes de tus hijos y ayudarles a sentir orgullo y confianza en sí mismos.
Estas son algunas de las preguntas frecuentes ante estos casos:
¿Cómo ayudar a los hijos a que se sientan bien al usar anteojos?
Lo primero es aclarar la propia actitud como frente a los anteojos. Es bueno no presuponer que los menores van a rechazar la idea de usarlos. Los anteojos han recorrido un largo camino desde los “fondos de botella” que usaban generaciones de nuestros padres.
Gracias a los avances en los lentes delgados y livianos y la existencia de tantos armazones (o monturas) discretos o llamativos y de moda. No hay dudas que los niños tienen más alternativas y, posiblemente, se entusiasmen con la idea de usar anteojos para parecerse a sus mayores o para expresar un estilo personal.
No está demás recordar que muchos de personajes infantiles usan anteojos y pueden servir como modelos.
Ahora, por la dinámica propia de los menores y la forma de ser de los grupos sociales, la verdad es que siempre pueden encontrarse motivos para burlarse entre sí. Generalmente son pasajeros.
Hay que estar atentos como padres para ofrecerle consejos a los niños para que puedan controlar la situación por sí mismos. El conservar el sentido del humor puede ser también profundamente útil.
¿Cómo elegir anteojos que agraden tanto a los padres como a los hijos?
Hay que asegurarse de que los hijos se sientan parte del proceso de selección del marcos. Es un aspecto importante para que los usen y los cuiden.
Los menores gozan de mucha más libertad para elegir el estilo, el color y la forma de los anteojos, hay que dejarlos ser niños. Darles rienda a su individualidad y pensar que ya tendrán mucho tiempo para ser adultos.
Si bien los niños pueden desear un color o una marca específica que está de moda, los padres deben también pensar en la durabilidad y la seguridad de los lentes y del armazón.
Existen patillas durables de estilo resorte, monturas flexibles y resistentes, lentes de policarbonato resistentes al impacto y protección contra los rayos UV. Además, hay anteojos especiales para hacer deportes. Los profesionales ópticos deben también asesorar de la mejor manera.
¿Qué hay acerca de proteger los ojos de los niños del sol?
Alrededor del 80% de la exposición a la radiación UV en el transcurso de toda la vida de una persona tiene lugar antes de los 18 años. Los padres, por lo general, toman precauciones para proteger la piel de sus hijos del sol, pero raras veces hacen el esfuerzo para protegerles los ojos de los dañinos rayos y el resplandor ultravioleta solar.
Incluso en un día nublado, la luz UV del sol puede provocar quemaduras en la piel y en la córnea de los ojos. A largo plazo, esto puede aumentar sus posibilidades de desarrollar cataratas o daños en la retina que pueden llevar a la ceguera. Así como los protectores solares pueden proteger la piel de los niños de la sobreexposición a los rayos UV, los anteojos apropiados pueden bloquear la radiación y proteger sus ojos de manera segura.
Los lentes fotocrómicos, que cambian de claros a oscuros en presencia de la luz ultravioleta, brindan una ventaja en la salud visual ya que proporcionan 100% de protección de los dañinos rayos y resplandor UV, y lo hacen de manera automática, lo cual elimina la necesidad de que los niños deban hacerse cargo de dos pares de anteojos (unos para uso regular y otros para el sol).