Paulo Borges, el hombre que trajo la moda a América Latina
Miércoles, Junio 11, 2014 - 17:28
Para el creador del Sao Paulo Fashion Week la moda es mucho más que pasarelas. Entender eso es la clave para que la industria en la región se desarrolle y sea una modelo importante dentro del panorama mundial.
No es una pasarela, pero Paulo Borges destella igual. Una gran y sincera sonrisa es su mayor accesorio. Y es que este hombre, a quien -según los entendidos- la moda en América Latina le debe mucho, es tan estiloso como sencillo.
Fue una gran casualidad la que hizo que este brasileño se dedicara al mundo de la moda, cuando en realidad sus intereses iban por otro lado. Comenzó en los años 80 a trabajar en la industria, pero fue sólo en 1997 cuando dio el gran paso que lo cambió todo en la región: creó el Morumbi Fashion, que más tarde se transformaría en el Sao Paulo Fashion Week, uno de los eventos de moda más importantes de América Latina.
Es así como este productor de eventos y CEO del Grupo Luminosidade, que estuvo presente en el Santiago Fashion Week 2014, hizo que la moda estuviera de moda en América Latina, que la vista se volcara a la región y que esta comenzara a brillar para el resto del mundo. Pero la moda es más que eso, tras bambalinas, cuando las luces se apagan y el glamour se desvanece, quedan en evidencia no sólo las falencias, sino que también, los retos por cumplir.
- ¿Qué significa para tí haber fundado uno de los espacios más importantes de la moda en América Latina?
- Nunca pensé mucho sobre eso, yo trabajo con moda hace treinta años y la moda entró a mi vida por casualidad. La verdad cuando yo era adolescente quería trabajar en el área de comercio exterior, y en cierta forma estoy trabajando un poco en eso. Caí en la moda muy de casualidad y me apasioné. Un amigo estaba haciendo un desfile y él pidió ayuda a los amigos, lo fui a ayudar y acabé descubriendo mi lado productor.
La verdad, yo nací productor de moda, y comencé por cosa de ese amigo, de ese desfile, a interesarme por la producción. Fui trabajando en la revista "Vogue" con Regina Guerreiro, que era una gran directora de moda de la época. Salí a producir desfiles, producir filmes para televisión y eso me fue interesando y cautivando mucho.
Cuando comencé a viajar para las semanas de modas de Milán y Londres no entendía por qué Brasil no tenía una semana de moda, yo decía que era un absurdo que existiendo un país con el tamaño del de nosotros, con un mercado, con tantas empresas, tantas industrias y tanta gente no tuviera una semana de moda. Entonces, algo había que hacer y lo hice, mas sin pensar que podría llegar donde llegó, que podría tener la importancia que tiene, que podría haber provocado un cambio económico, cultural como es hasta hoy.
Claro que uno se torna responsable por lo que uno crea. Esto pasó a ser mi vida, mi causa, mi forma de cómo yo pienso, mis peleas por la moda, la cultura, la creatividad de los productos brasileros, pasó a ser mi discurso, que continúo trabajando y pensando para el futuro.
- ¿Cuál es tu rol dentro de este proyecto pensando en el largo plazo?
- Tengo que trabajarlo cada vez más para que ese proyecto sea un proyecto eterno. Tengo personas colocadas en varias áreas para que las cosas anden sin mi presencia, sin que yo necesite estar liderando el movimiento. Entiendo que en la moda, más que en cualquier área, la transformación y el cambio son protagonistas muy importantes. Hoy, por ejemplo, más de la mitad de mi equipo son profesionales que tienen 22 años, es importante para colocar otra mirada, ir transformando aquel ambiente en uno joven, contemporáneo, porque la moda es eso: nuevo, todo nuevo.
Es muy importante estar próximo a los nuevos movimientos, de personas jóvenes. La gente que trabaja conmigo lo hace por 20 a 30 años, y tengo gente que trabaja cinco años y ese gran movimiento es importante para perpetuar y eternizar el movimiento que construí. Es así como me veo, pasando eso para otras personas.
- Pero ¿te sientes un pionero?
- Sí. Yo hablo y discuto sobre moda, por ejemplo, con la presidenta de la República, con ministros, con gobernador, con prefectos, con empresarios, con políticos, discutimos sus estrategias. Sé que soy un portavoz de esos valores, para mi todo eso es transitorio, como si no fuese mío, yo trabajo para la moda no trabajo para mi. El mérito no es mío, es de la moda, es un mérito colectivo de un proceso colectivo y así es que se da y se conquista.
- ¿Qué significa para tí que estos Fashion Week se estén replicando en diversas parte de la región? Justamente, Santiago celebra su segunda versión.
- Es muy curioso para mi estar acá en Santiago viendo un proceso de moda que está comenzando, es como si estuviera viendo para atrás. Estoy de nuevo en un lugar donde la moda está comenzando y es muy genial porque yo consigo ver las cosas con una energía muy joven y muy nueva. Para mi es un ejercicio muy saludable y al mismo tiempo consigo mirar y sé que puedo contribuir con cosas que yo viví, cosas bobas, cosas malas, cosas que traemos y las tallo para perfeccionarlas de forma única para construir una semana de moda con características muy propias.
Cuando hice Sao Paulo Fashion Week (SPFW), obviamente siempre miré para París, Milán y Londres y entendí que para Sao Paulo, Brasil, tenía que ser diferente porque si la semana de moda está allí las marcas que iban a estar desfilando tenían que estar pensadas en ellos. Nosotros tenemos que pensar de forma amplia, más cultural, más social y educacional. Entonces, nosotros trabajamos la semana de moda como una plataforma más transversal e innovadora, cosa que hoy las semanas de moda de allá reconocen e intentan tomar de SPFW ese ejemplo de sociedad para colocar en sus semanas de moda.
Nosotros siempre pensamos en el consumidor, en la formación de mercado, la creación de una difusión de información de moda liderada por la prensa de una manera más amplia, no solo en una prensa femenina de moda, sino económica, de cultura, de comportamiento, de innovación, de tecnología, diseño; nosotros transbordamos el asunto de la moda para una economía moderna que hizo a SPFW en un caso específico de suceso dentro de la moda del mundo.
- Entonces ¿cada semana debería ser distinta, respondiendo a sus intereses más locales y su idiosincrasia?
- Pienso que las semanas de modas las tienen que desenvolver el mercado, tengo conversado eso con las personas de Chile, es muy importante crear un mercado, entonces, no puede ser igual a SPFW, tiene que pensar tal vez cómo Chile está creando un momento de mercado de moda ¿Cómo se crea un mercado? Primero se tiene que ser un protagonista de diálogo, de conexiones, se tiene que considerar a la sociedad en todo el movimiento, se tienen que percibir las necesidades para la construcción de ese mercado, porque si solo se piensa en construir una pasarela, eso se encierra en si mismo, entonces se tiene que construir un mercado y eso es todo lo que se necesita en la industria creativa: modelos, maquilladores, diseñadores, productores, arquitectos, periodistas.
Hoy, incluso, es mucho más dinámico, porque diez años atrás, uno no tenía internet, redes sociales y hoy se tiene todo eso. Hoy se tiene que hacer pensando con varias cabezas, pensando en Facebook, en digital, en todo, y principalmente, construyendo una conexión de desenvolvimiento de mercado desde el punto de vista cultural, educacional y profesional. No puedo estar pensando en la pasarela; y ahí, haciendo eso, la semana de moda toma una característica propia.
- ¿Qué pasarelas son las que tienen mayor potencial y son más atractivas dentro de la región?
- Sin duda Chile, Perú y Colombia son los que tienen más potencial de desenvolvimiento por una cuestión económica, política y cultural. Pueden y van a crecer más. Argentina está en un momento difícil, confuso, y tiene un trabajo que no mejoró, que tiene bastante tiempo y no se desenvolvió como podría haberse desenvuelto.
- ¿Hay que darle más espacio al diseño independiente? ¿Volver a las raíces de América Latina?
- Sí y no, esa es una línea muy sútil. Moda es global, no regional. Si se hace moda muy regional se está haciendo artesanía y folclore. Se tiene que saber utilizar las raíces culturales, las vocaciones artesanales dentro de un proceso creativo que se transforma en un proceso de diseño global, porque aquí lo que somos en cuanto a cultura no nos pertenece. Puedes tener a un artista de cualquier lugar del mundo haciendo una colección inspirada en otra cultura.
Por ejemplo, Alexandre Herchcovitc h hizo una colección inspirada en la Fiesta de Los Muertos y es mexicana y no tiene nada que ver con ella y armó una colección entera sobre aquello; armó ahora una colección masculina sobre una tribu africana de niños que se visten con faldas. Entonces, nuestras raíces culturales no nos pertenecen desde el punto de vista de la creación o de una interpretación, cualquiera la puede hacer. La moda es más amplio que eso, no se puede quedar en esa creación.
- ¿Qué es lo que se viene ahora en América Latina?
- No creo que exista una tendencia específica, cada vez más el mundo te ofrece una centena de cosas al mismo tiempo, es la locura que hay e internet funciona y acelera todo ese proceso. Todo es posible en la moda, es mixtura. Se tienen movimientos más rápidos de tendencias y más abstractos, en el sentido que no están presas en una única forma, depende mucho de cada ambiente.
Las grandes marcas globales partieron con fuerza y al ser tan grandes y al estar presentes en tantos lugares al mismo tiempo influencian cualquier imagen de consumo de todo el mundo. Más eso no es una tendencia, es un reto que el mundo vivió, acaba apareciendo como una cosa de comportamiento. No acredito que exista una tendencia que defina un comportamiento o consumo.
- ¿Pero algún patrón común para la próxima temporada?
- Los estampados sin duda serán algo importante y los accesorios. Si tengo que pensar un cambio de comportamiento es el uso intenso de accesorios. Diez años atrás no era tan fuerte, ahora sí lo es, ahora hay colecciones que no la piensas sin accesorios.
- ¿Tanto en hombre como en mujer?
- Los hombres menos. El hombre siempre anda por un camino medio paralelo de comportamiento. Los hombres son más conservadores en Chile y en el mundo entero, donde son menos conservadores en la forma de vestir es en Inglaterra y Japón.
- ¿El hombre latinoamericano se atreve a innovar más?
- Había una época, unos años atrás, que había más desenvolvimiento, ahora es un poco menos. El trabajo de hoy determina a un hombre más moderno, mas ese trabajo no es el que predomina en la imagen de consumo cuando ves a grandes masas de consumo porque al hombre le han impuesto un papel, en casi todas las profesiones, y acaba usando terno y corbata, mientras que la mujer no. Entonces, es más difícil para la moda masculina salir de ese ambiente. porque moda es consumo, no es una imagen, no es un cuadro que está en la pared de un museo. Es una actividad de negocio, de consumo. El hombre es más clásico en ese sentido, se demora más en cambiar.
- ¿Algún adelanto de la próxima temporada?
- Está difícil. Tengo un ejercicio de no imaginar que pueda acontecer en ese sentido. Creo que la gente está viviendo en Brasil un momento en la vida muy fuerte, y creo que cuando el mundo comienza a estar tenso la moda comienza a estar más expresiva. El mundo está tenso y la moda tiende a ser un escape. Creo que va por una cosa de un mundo de confort, de paz, belleza, eso creo que es lo que va a predominar en las creaciones.
- ¿Cuáles son los principales desafíos para la industria?
- El gran desafío es adaptarse a un nuevo momento, donde se tenga otras dinámicas de tiempo para producir, para crear, para distribuir; donde se tiene otras dinámicas de creación donde yo no puedo crear lo que yo quiero si no es lo que tú quieres. Hace veinte años un estilista decía esto es moda y era moda, hoy se le tiene que decir ¿usted cree que esto es moda? ¿lo usaría como moda?
Hay que hacer la pregunta de lo que las personas quieren y tomar ese gusto, de ese imaginario consumidor, y trabajar dentro de su capacidad creativa y mezclar eso con lo que se quiere hacer, con lo que usted quiere. Lo otro, es hacer todo eso con precio justo, que es lo que las personas más quieren, y ¿qué es un precio justo?, y esa, es una discusión.