El músico de 55 años se originó en el rock, pero también confluyen en su obra el jazz, el blues, la música folklórica latinoamericana, el tango y el pop.
A Pedro Aznar le preocupa la inteligencia artificial. "Estamos a punto de crear una nueva especie que va a rivalizar o superarnos en inteligencia, que es algo perturbador", dice.
En los últimos meses ha leído sobre ese tema, sobre las tecnologías exponenciales, derechos y libertades en el mundo digital, y sobre teorías de la consciencia. En su opinión, en este cambio de paradigma con máquinas conscientes "tenemos que volver a preguntarnos qué es la consciencia".
También realizó un curso en California, en la NASA, sobre inteligencia artificial. Antes estudió fotografía durante dos años, el mismo tiempo que le llevó la carrera de somellier, la que inició tras tres años estudiando composición formal.
"Todo eso nutre. Soy tremendamente curioso", cuenta a El Observador. Estos cursos reflejan su necesidad de expresar su voracidad de conocimientos y renovación, porque asegura que no le gusta quedarse siempre en el mismo lugar.
Eso también se refleja en su carrera. Aznar, de 55 años, se originó en el rock, pero también confluyen en su obra el jazz, el blues, la música folklórica latinoamericana, el tango y el pop. Y al momento de escuchar, tampoco se restringe. El músico dice que suele escuchar radios por internet o a través de servicios de streaming y que pone el modo de reproducción aleatorio para que "suene lo que suene". Lo único que no le agrada es la música "banal, chata", que se puede producir en cualquier género.
A nivel musical, siente que le falta hacer "de todo", pero a la vez dice: "no me falta hacer nada". De todas formas, esta vez se presenta en Montevideo con un show diferente, aunque no es la primera vez que lo hace. Se trata de "Unipersonal", que como su nombre indica, enfrenta al músico en solitario interpretando doce instrumentos.
Para Aznar, esto es tanto un desafío como una posibilidad de manejar los tiempos y los matices a gusto por la forma en la que se va desarrollando el espectáculo. Considera al mismo una mezcla de lo que se puede oír en su último disco en vivo, "Mil noches y un instante" (2013), que posee este mismo formato, incorporando estrenos de canciones propias y ajenas.
Entre las de su autoría se incluye un tango compuesto junto al fallecido Horacio Ferrer que aún no está grabado. En cambio, entre las canciones ajenas hace un especial destaque para los dos tipos de música que Aznar considera que lo llevaron a optar por el camino de la música: el folklore latinoamericano y los Beatles.
Próximo trabajo
En agosto planea repetir el proceso que lo llevó a componer su disco de estudio más reciente, llamado "Ahora" y publicado en 2012. En aquella ocasión se fue durante un mes a la localidad bonaerense de Mar de las Pampas, con el objetivo de componer una canción por día.
En esta oportunidad el retiro será a otro lugar, a 10 mil kilómetros de distancia, que Aznar se negó a revelar. La única pista que dio es que será "cerca del mar". Y vuelve a aparecer su necesidad de no quedarse en el mismo lugar.
"Lo repetitivo te mantiene como un hámster dándole vuelta a la rueda, cuando cambiás de entorno empiezan a pasar otras cosas", afirma. Su agenda apretada en ocasiones le impide componer sin proponérselo, aunque a veces la inspiración llega y le "sopla" un pedacito de letra, para seguir acumulando ideas.