En el país aún hacen falta más centros de salud mental comunitaria, que solo suman 29 y no llegan al mínimo sugerido por la OMS.
Los familiares de pacientes con problemas de salud mental o que tienen a su cargo una persona con discapacidad severa necesitan apoyo para no afectar su vida cotidiana o el cuidado del enfermo, aseveró el director de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), Yuri Cutipé.
Los servicios que prestan actualmente los 29 centros de salud mental comunitaria, presentes en 10 regiones del país, están revelando que la familia del paciente que sufre esquizofrenia, depresión o alguna adicción requiere también de atención porque la dinámica del hogar se altera.
"Muchas veces la familia no visita al profesional porque tiene vergüenza de manifestar su malestar o vive lejos del establecimiento. Se han reportado casos de personas que estaban encerradas o amarradas en sus casas porque sus padres o hermanos no saben qué hacer con ella", comentó.
Las visitas domiciliarias que realizan los profesionales de estos centros especializados han servido para confirmar la existencia de una demanda insatisfecha (oculta) que necesita atención en salud mental, señaló Cutipé en diálogo con la Agencia Andina.
Movilización familiar
Lo que ocurre, sostiene, es que en los hospitales no encuentran la ayuda continua que requieren pues no dan tratamiento integral sino farmacológico, y en algunos casos mantienen a los pacientes en aislamiento y no les hacen visitas domiciliarias.
La oferta no es solo reducida sino que responde a una forma de atención inadecuada porque hoy en día la familia y la comunidad no están incluidas en el tratamiento. Actualmente existe un importante número de personas que quiere tratamientos que los recupere y no solo controle síntomas.
"El sistema de salud todavía no ayuda a los familiares expuestos a estrés crónico, al cambio de su rutina, hasta al abandono de trabajo. Necesitan de una red de apoyo como Grupos de Ayuda Mutua, organizaciones sociales o parroquiales", recordó el médico psiquiatra.
Ejemplos de ello, refirió, son los centros de salud mental de Carabayllo, de Arequipa y Moquegua en donde gobiernos regionales y municipales trabajan de la mano. Especial comentario hizo de éste última en donde la dirección regional de salud está comprometida desde la gestión anterior.
Esta Diresa, dijo, invierte S/ 51.00 (US% 15) por paciente, mientras que en Lima US$ 11 y en Piura US$ 0,9.
Cobertura nacional
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), debe existir un centro de salud mental comunitario por cada 100.000 habitantes. Países en la región como Brasil y Chile cumplen con este estándar.
En Perú, solo en San Juan de Lurigancho serían necesarios 10 de estos establecimientos especializados.
Actualmente hay 29 centros de salud mental comunitario ubicadas en 10 regiones: Lima, Huancavelica, Moquegua, Arequipa, La Libertad, Lambayeque, Ayacucho, Piura y Callao, además de hogares para personas entre 18 y 65 años que tienen trastornos mentales y viven en la calle.
