Colegio de Enfermeros alerta sobre peligro al manejar material punzocortante y la falta de regulación en algunas instituciones.
Andina. El Colegio de Enfermeros de Lima expresó su preocupación porque en algunos establecimientos de salud aún no se adoptan medidas para evitar que los trabajadores se contagien de enfermedades al manejar material punzocortante.
Milagros Salazar, decana regional del Colegio de Enfermeros de Lima Metropolitana, sostuvo que, de acuerdo al Programa de Prevención de Accidentes con Materiales Punzo Cortantes en el Personal de la Salud, los establecimientos tenían plazo hasta el año 2015 para implementar las medidas.
“Si bien algunas clínicas privadas ya operan con equipamiento seguro, en el sector público el personal sigue trabajando con implementos que exponen a los trabajadores a contagios de enfermedades infecciosas como Hepatitis B, Hepatitis C, VIH-SIDA, entre otras. Estamos preocupados porque más de 160.000 servidores se encuentran en riesgo”, enfatizó.
Las acciones contempladas en el Programa son de educación, concientización, vacunación, así como el uso de materiales médicos adecuados como catéteres con dispositivos de seguridad, cajas rígidas, entre otros.
“Las lesiones por pinchazos, a las cuales están expuestos los trabajadores de salud, son causadas por catéteres intravenosos, por agujas usadas en jeringas hipodérmicas, agujas para extracción de sangre, sondas intravenosas y agujas utilizadas para conectar partes del sistema de goteo intravenoso”, advirtió la dirigente.
“Los costos por lesiones por accidentes punzocortantes también generan un gasto, considerando que si el trabajador tiene un accidente, la institución de salud está obligada a dar el tratamiento. Sin embargo, los costos más difíciles de cuantificar son los emocionales tanto para el trabajador como en algunos casos para sus familias, asociados con el miedo y la ansiedad que significa un accidente de trabajo que puede derivar en una enfermedad ocupacional crónica y en muchos casos incurable”, manifestó.
Añadió que, al no existir medidas sancionadoras efectivas que castiguen el incumplimiento de las disposiciones, muchos centros de salud desacatan la normativa y siguen exponiendo a sus trabajadores a accidentes con objetos punzocortantes.
“Hoy la sanción es apenas un llamado de atención. Lo que necesitamos son castigos drásticos para que se cumpla la Ley y se deje de arriesgar la salud y la vida de los trabajadores”, enfatizó finalmente.