La intervención es utilizada para casos en que los fetos presentan problemas como tumores.
Un posible tumor en el feto, un defecto anatómico del bebé en el vientre o las dificultades en los embarazos múltiples tendrán mayor opción de ser corregidos en el Perú gracias a la implementación de la cirugía fetal en más hospitales públicos.
“Muchas gestantes sólo se preocupan por saber si su bebé será hombre o mujer o por conocer su rostro mediante una ecografía, pero se olvidan que esta prueba puede servir para detectar problemas del bebé que pueden resolverse antes que nazca”, aseguró a la Agencia Andina médico cirujano Enrique Gil Guevara.
Formado en Inglaterra y Estados Unidos, el galeno con especialidad en medicina y cirugía fetal informó que se pondrá al servicio del país en grandes hospitales como Edgardo Rebagliati, del Seguro Social, además de algunas clínicas privadas.
Cirugía fetal
"Contamos en el Perú con buenos médicos y especialistas en medicina materno-fetal, entonces buscaremos desarrollar esta área, además de producir información. Es un campo que se está desarrollando de forma novedosa”, dijo el experto quien a sus 32 años ya ha salvado muchas vidas mediante esta técnica.
¿Cuánto intervenir un feto?
Para el galeno, no todas las anomalías de un feto requieren cirugía. “Si se trata de un problema letal o que significará una discapacidad que lo inhabilite de por vida, sí es conveniente intervenir".
De lo contrario, continuó, es preferible esperar porque existe el riesgo de que la membrana que lo protege se rompa y se adelante el parto, generando una serie de problemas pulmonares, cerebrales, intestinales, entre otros, por ser un bebé prematuro.
Entre las razones que ameritan una cirugía fetal, se mencionan tumores en la columna y tórax, defectos anatómicos en el diafragma, corazón, sistema urinario, pulmones o la existencia de problemas en la placenta.
A esto se suma casos de embarazos múltiples (gemelos, trillizos) donde los menores comparten la misma bolsa y por tanto tendrán que hacer lo mismo con la comida. En esos casos se interviene para que cada uno tenga su propia bolsa.
El valor de la ecografía
“Es fundamental cambiar el chip frente a las ecografías prenatales. Se nos vende la idea de que una ecografía es mejor cuanto más 'D' acumula, olvidando que el objetivo de esta prueba es evaluar la anatomía fetal, determinar si el bebé está físicamente bien o tiene una malformación”.
Enrique Gil Guevara, cuyo padre es médico obstetra y su madre es anestesióloga, ha realizado cirugías a bebés desde las 16 semanas de gestación, alrededor de 4 meses de embarazo. El caso más complejo que operó fue en Inglaterra. Se trataba de una paciente de Arabia Saudita con 27 semanas de gestación y cuyo bebé tenía una hernia en el diafragma, por lo cual su hígado se encontraba arriba.
“Para corregir este problema entramos al útero de la madre, luego dentro del bebé -a través de su boca- para llegar a la tráquea, con el fin de colocar un balón de plástico. El objetivo era hacer crecer sus pulmones para que empujen el hígado hacia abajo. A las 34 semanas entramos otra vez para retirarle el balón. Se trataba de una bebé que sin cirugía solo tenía 5% de sobrevivir y con cirugía, apenas 30%. Afortunadamente estuvo dos meses en UCI y sobrevivió”.
1 de cada 100
Consultado sobre la incidencia de anomalías fetales, comentó que -de cada 100 embarazos- uno o dos van a tener un problema.
“La ecografía es la única forma de determinar si se trata de una patología letal o banal. Por ejemplo, si el bebé tiene una arteria umbilical en vez de dos, solo amerita control y monitoreo porque solo habrá efectos en el crecimiento del bebé. Diferente sería si se trata de un tumor en el pulmón. Allí sí será conveniente operar. En el 99% de los casos no pasa nada”, añadió.
Formado en la Universidad Mayor de San Marcos, a donde ingresó a los 17 años, siempre tuvo como objetivo especializarse en cirugía fetal tras su residentado en el Instituto Nacional Materno Perinatal (donde también se aplica este método) del 2010 al 2013.
“A los 28 años postulé para realizar durante dos años una subespecialidad en medicina fetal en Londres, en el King´s College Hospital, con el profesor Kypros Nicolaides, pionero de la cirugía fetal en el mundo. Allí decidí quedarme un año más para convalidar mi título de médico en Inglaterra”, recordó.
En el 2016 decidió partir a Estados Unidos para entrenarse en operaciones de espina bífida en el Cincinnati Children’s Hospital, uno de los tres mejores hospitales pediátricos, junto con los de Philadelphia y Boston, de acuerdo con el ranking anual de hospitales en Estados Unidos.
Devolver lo recibido
Con ofertas de trabajo en diversos lugares del planeta, con sueldos que superaban incluso los 20, 000 dólares al mes debido a su gran experiencia a tan corta edad, Gil Guevara afirmó estar seguro de haber tomado la mejor decisión: volver al país.
“El motivo principal de mi regreso es personal y se resume en retribuir lo que me dio mi país. Estudié medicina en San Marcos durante siete años y el pago por año era casi nulo. Si bien la subespecialidad la realicé fuera, mi carrera de médico la hice acá. Entonces dije regreso por los menos unos tres a cinco años para contribuir al crecimiento de esta especialidad en el país”.
Entusiasmado por la gran expectativa de compartir lo aprendido, creará el Instituto Peruano de Cirugía Fetal, que empezar a funcionar a fines de mayo.
“Queremos ejercer conexiones entre Lima y provincias; con el hospital Edgardo Rebagliati, el hospital Bartolomé Herrera y otros centros, para ayudarlos a desarrollar esta subespecialidad. Apoyaremos la intervención de casos complejos en provincia”.
Dicho instituto producirá además investigaciones académicas con apoyo del profesor Kypros Nicolaides, su mentor.
Ganador el año pasado del Premio Mundial al Investigador Joven, en dos semanas irá a Nueva York para participar en el mismo certamen con un trabajo sobre Doppler (ecografía) del cerebelo en ratas fetales, con el objetivo de evaluar el impacto de una intervención intrauterina.
El doctor Enrique Gil acaba de ser seleccionado para trabajar como Profesor en Medicina Fetal en el prestigioso Perinatology Research Branch de Estados Unidos en Detroit, Michigan, algo bastante difícil a su corta edad.